- Los sistemas que tienen fortaleza institucional normalmente tienden a aplicar el impuesto a las Ganancias sobre la industria petrolera. Donde hay menos fortaleza, aparecen las regalías.
- Los propietarios del subsuelo con la nueva Constitución son las provincias o, mejor dicho, sus ciudadanos.
- Los pagos por las licitaciones de áreas hidrocarburíferas son bastante problemáticos, porque es probable que el gobierno que reciba ese dinero lo derive a gastos corrientes, total en los próximos años nadie le va a reclamar adónde fueron esos fondos.
- Lo mismo pasa con las prórrogas de concesiones que se estimulan desde los gobiernos provinciales.
- Este pago en países con instituciones fuertes es administrado por organismos específicos de ahorro. Alaska, por dar un ejemplo cualquiera, anualmente reparte utilidades hidrocarburíferas a cada uno de sus habitantes.
- Los esquemas que se aplican en Neuquén u otras provincias del país nada tienen que ver con este último ejemplo.
- Neuquén ha transferido al país miles de millones de dólares para que, por ejemplo, las 4x4 de Capital Federal puedan llenar sus tanques con combustible subsidiado.
- Esto no va más. Hay que volver atrás con este esquema cruzado de subsidios.