- Las migraciones están desde hace varios años modificando nuevamente la cara del mundo. Neuquén, blanco desde hace tiempo de migraciones internas, no escapa a seguir modificado su perfil social vía este proceso.
- Creo que es una transformación que merece estudiarse a fondo, no sólo porque atañe a la gente sino por generación de expectativas que en la gente genera el migrar. Es decir, durante años esta provincia fue diariamente blanco de esperanzas e ilusiones de miles y miles de familias que arribaron alentadas por la construcción de una idea de futuro que se formuló desde un presente con problemas que estimulaba el migrar.
- Creo que lo más preocupante de toda esa historia situada de cara al futuro, en términos de no repetir errores, está en el hecho de que los poderes públicos alentaron la migración desde paradigmas que no siempre se podían plasmar en realidad. Promesas que la realidad no podía posibilitar.
- El manejo de la cuestión migratoria requiere de políticas públicas responsables, acordes con ser definidas a partir de la experiencia acumulada. Aquí en Neuquén esta experiencia es amplia, densa pero no necesariamente positiva.
- El Estado debe evitar, en el marco de las tensiones que hoy conlleva ejercer el poder político, alentar procesos que no pueda conducir.