Neuquén es una provincia con profundas contradicciones: presupuestos a ejecutar por encima de la media nacional, importante renta ligada a la actividad hidrocarburífera y una significativa parte de la sociedad que no termina de sentirse identificada con el proyecto de comunidad que se le presenta desde las esferas oficiales.
El reclamo es continuo y las autoridades provinciales se encuentran, en muchos casos, desbordadas ante la fuerza de los acontecimientos.
Esta semana “Río Negro” organizó en el MNBA de la capital provincial la jornada “Neuquén: petróleo y sociedad”. Cuatro panelistas destacados –Daniel Montamat, Abel Viglione, Francisco Delich y José Eduardo Abadi– hablaron de estas contradicciones y esbozaron interesantes conceptos sobre una sociedad que busca, sin armonía ni un norte definido, un futuro mejor del que se le intenta plantear a través de los escritorios del poder.
A la fecha la provincia de Neuquén cedió regalías por el impacto de las retenciones por cerca de 3.300 millones de dólares, teniendo en cuenta el lucro cesante generado por la pérdidas de inversiones potenciales.
La cifra, que fue dada a conocer por Daniel Montamat en parte de su exposición, representa hoy dos presupuestos de la provincia.
Sin dudas, cuando uno mira estos números y las necesidades de la sociedad neuquina, es difícil no terminar comprendiendo algunas demandas hacia la política.
Está claro que la pasividad que muestra hoy la administración Sapag, intentando mantener coincidencias con la gestión K, está perjudicando las cuentas públicas provinciales y, en definitiva, la distribución de la renta petrolera que hoy es demandada por parte de la comunidad.
Equivocada o no, es la estrategia política que Jorge Sapag prioriza en su relación con la Nación. Su apuesta, seguramente, es a futuro. Pero con urgencias que no tienen la respuesta adecuada para una sociedad que presenta altas demandas.
Los problemas de migración son tal vez uno de los puntos a tener en cuenta a la hora de analizar la problemática social de Neuquén.
Muchas familias día tras día se instalan en la provincia provenientes de distintos puntos del país. Llegan con expectativas, en busca de mejores horizontes económicos. La falta de respuestas del mercado y del Estado terminan abriendo paso a la frustración. Y de este estado emocional a la violencia es sólo cuestión de tiempo.
"El gobierno no puede solucionar todo", confesó la noche de su triunfo Barack Obama. Este concepto puede ser, sin ningún problema, transpolado a Neuquén. Porque en muchos casos son responsabilidad propia de la sociedad las demandas imposibles de cumplir que se exigen al Estado. Y aquí hay otro paradigma que hay que recuperar: el valor de la palabra ante la pérdida que está sometida en el campo de la lucha política.
Creer que se puede construir una sociedad sobre la base de frases vacías, conceptos poco claros y promesas que la mayor parte de las veces no se cumplen es erróneo. Este tipo de conducta también lleva a la violencia.
Cuando se analizan las estadísticas dadas a conocer por Montamat, claramente se observa que la renta generada con los recursos del subsuelo neuquino fue socializada en su mayor parte hacia los principales centros urbanos del país y, sobre este circuito, concentrada en las clases sociales más acomodadas de la Argentina. En el 2007 la renta generada por la industria hidrocarburífera neuquina totalizó algo más de 6.300 millones de dólares. Cerca de 5.000 millones quedó en manos de los consumidores del país (naftas y gas domiciliario), algo más de 1.100 millones en manos del Estado y 270 millones en las empresas. Estas estadísticas quiebran el mito de que las empresas petroleras se están llevando toda la renta de los recursos neuquinos. El actual esquema de intervenciones puesto en marcha por el gobierno nacional deja de lado el concepto de que los recursos hidrocarburíferos son potestad de la provincia.
La necesidad de acordar un nuevo sistema de coparticipación federal es clave para no continuar con el atropello de Nación.
euquén es una provincia con profundas contradicciones: presupuestos a ejecutar por encima de la media nacional, importante renta ligada a la actividad hidrocarburífera y una significativa parte de la sociedad que no termina de sentirse identificada con el proyecto de comunidad que se le presenta desde las esferas oficiales.
El reclamo es continuo y las autoridades provinciales se encuentran, en muchos casos, desbordadas ante la fuerza de los acontecimientos.
Esta semana "Río Negro" organizó en el MNBA de la capital provincial la jornada "Neuquén: petróleo y sociedad". Cuatro panelistas destacados -Daniel Montamat, Abel Viglione, Francisco Delich y José Eduardo Abadi- hablaron de estas contradicciones y esbozaron interesantes conceptos sobre una sociedad que busca, sin armonía ni un norte definido, un futuro mejor del que se le intenta plantear a través de los escritorios del poder.
Javier Lojo
jlojo@rionegro.com.ar