Esta semana el Banco Central publicó el Balance Cambiario del tercer trimestre del año, que refleja una fuga de capitales de 5.801 millones de dólares entre julio y setiembre, acumulando 18.376 millones de dólares en estos primeros nueve meses del año y unos 25.329 millones en los últimos doce meses.
Durante el conflicto con el campo, la fuga había sido de 8.374 millones, pero el número del tercer trimestre llama la atención, porque entre julio y setiembre hubo una cierta distensión en los mercados reales y financieros y los shocks reaparecieron, en lo externo, recién a mediados de setiembre (quiebra de Lehman Brothers) y, en lo interno, a mediados de octubre (anuncio AFJP).
Por eso el dato es preocupante, porque si no se revierten las condiciones ese número podría ser un "piso" de cara a este cuarto trimestre.
En el arranque de este último trimestre, las condiciones económicas del mundo habían empeorado. El precio de los commodities que exporta nuestro país se ha deteriorado notablemente y el crédito, tanto local como el de organismos internacionales o bilaterales, se ha retraído.
En este contexto, octubre marca un panorama más complicado en materia de demanda de dólares. El tipo de cambio se ha depreciado un 7,6% en lo que va del mes, ubicándose en torno a 3,4 pesos por dólar. Se debe tener en cuenta que los ítems que financiaron la fuga de capitales el trimestre pasado pueden ser menos positivos en este cuarto trimestre, poniendo mayor presión sobre las reservas. En este sentido, el BCRA ha tenido que vender un promedio diario de 104 millones de dólares de reservas en lo que va del mes.
(Fuente: E&R/F. Med)