La eliminación del sistema de jubilación privada tendrá un impacto muy profundo en el programa financiero del gobierno a partir del año próximo. Básicamente por la absorción por parte del Estado de un stock de activos financieros por 94.000 millones de pesos y de un flujo de ingresos del orden de los 1.000 millones de pesos mensuales.
Según las proyecciones que figuran en el sitio del Ministerio de Economía, la Argentina tiene que hacer frente a vencimientos de la deuda en el 2009 que suman 13.590 millones de dólares. De esos, casi 4.000 millones son intereses.
Para cubrir esa brecha, el fisco contaba con el superávit fiscal, los préstamos de organismos internacionales, los anticipos del Banco Central y la colocación de Letras en organismos como la AFIP y la Anses. Actualmente, el ente encargado de las jubilaciones tiene $ 6.350 millones en Letras de Tesorería, a tasas que rondan entre el 8,5% y 11,8% anual.
Para hacer frente a los vencimientos, estaba previsto además el efecto del canje de los Préstamos Garantizados y otros bonos de corto plazo. Esta operación habría quedado congelada por las malas condiciones financieras globales. Y lo mismo pasaría con la promesa de pago al Club de París.
Ahora, si el Congreso vota el cambio de régimen y la transferencia de los recursos de las AFJP al Estado, el gobierno contará con ingresos propios suficientes para cubrir sus necesidades financieras sin apelar a otras fuentes alternativas. Esto incluso le daría espaldas suficientes para hacer frente a la caída de ingresos por las retenciones a las exportaciones. (Fuente: "Clarín")