Un un contexto de crisis internacional sin precedentes, el pesimismo tiende a adueñarse de las impresiones de los agentes económicos y los induce a exagerar los impactos probables.
La devaluación del real en el último mes disparó todo tipo de especulaciones sobre los efectos negativos que tendría en la economía argentina, que hasta el momento se consideraba relativamente aislada de la caída de los mercados financieros en el mundo.
En un interesante trabajo realizado recientemente por la consultora Abeceb.com se repasan los diversos canales de impacto a través de los cuales las exportaciones argentinas pueden verse afectadas por la crisis internacional. Habrá que esperar también una paulatina suba sobre la tasa de interés en función de la inestabilidad financiera que existe en los países centrales.
Este efecto sin duda repercutirá también sobre la economía real argentina, ya que una parte importante de la misma se maneja con el crédito. La suba de la tasa de interés restringirá fondos al sistema, siendo las pymes las más afectadas, ya que son las que necesitan financiamiento para poder continuar en carrera.
CANAL DIRECTO E INDIRECTO
El vínculo comercial de la Argentina con el país epicentro de la crisis (Estados Unidos) no es tan significativo.
Las estadísticas oficiales muestran que sólo representa el 6,6% de las exportaciones totales, las que están en su mayor parte concentradas en las ventas de combustibles.
Además, en los últimos años las exportaciones de la Argentina hacia los Estados Unidos se redujeron y no por una menor demanda norteamericana sino por menor oferta exportable de combustibles por parte de la Argentina frente a la necesidad de abastecer su mercado interno.
En el 2005 la mitad de las exportaciones hacia Estados Unidos consistían de combustibles y este porcentaje se redujo a un 37,2% en el 2007.
Por lo tanto, en base a este análisis, el estudio en cuestión concluye que la Argentina tiene una dependencia comercial muy reducida respecto de los Estados Unidos y sus exportaciones no están en riesgo por la menor demanda del mercado norteamericano.
El canal de impacto indirecto se refiere al efecto que podrían sufrir las exportaciones argentinas hacia los principales mercados de destino, teniendo en cuenta la dependencia de éstos de la demanda de Estados Unidos y la Unión Europea, que son las dos áreas más
afectadas por la crisis.
Los principales socios de las exportaciones argentinas, aparte de los Estados Unidos, son Brasil, China y España, que muestran distintos niveles de vínculo con los epicentros de la crisis (ver infograma adjunto en pág. 3).
Brasil destina un 16% de sus exportaciones a los Estados Unidos y un 23,9% a la Unión Europea, por lo que entre ambos destinos concentran el 40% de sus ventas.
China tiene una mayor dependencia, ya que un 26% de sus exportaciones se dirige a los Estados Unidos y un 20% a la Unión Europea, por lo que cerca de la mitad de sus ventas tienen por destinos sectores comprometidos en su crecimiento real. Por su parte, España tiene muy baja dependencia de los Estados Unidos pero es una de las economías afectadas de manera casi directa por la crisis.
Independientemente del efecto comercial sobre los socios de la Argentina, un impacto adicional sería el que tendría lugar al desacelerarse el crecimiento de estos países, en un contexto de fuerte crisis con efecto sobre el sector real. En este sentido, hay que prestar atención a una posible desaceleración de Brasil, que sería
la economía latinoamericana más afectada.
Y con respecto a los restantes países lo relevante es monitorear el ajuste de los precios de los commodities, dado que las exportaciones argentinas hacia los mismos se asientan en este tipo de bienes.
IMPACTO VÍA COMMODITIES
El canal indirecto de impacto de la crisis financiera internacional será principalmente por un menor dinamismo del precio de los productos primarios, que junto a las manufacturas de origen agropecuario y los combustibles representan el 64% de las exportaciones locales y que traccionaron en años anteriores los excedentes comerciales y cambiarios que permitieron, entre otras cosas, mayor recaudación y expansión monetaria para fogonear a la demanda agregada.
En lo que va del 2008 hemos observado dos hechos de relevancia que nos elevaron a un estadio económico superior a principios de año y luego nos devolvieron los pies a la tierra.
La burbuja especulativa de los commodities, que supo posicionar el precio de la soja en 599 dólares por tonelada, el maíz a 302 dólares y el trigo a 471 dólares por tonelada, hoy parece estar acabando de la mano también de la vuelta de capitales hacia inversiones más tradicionales, como los títulos del Tesoro norteamericano.
Las caídas de 52%, 44,3% y 39,9% desde los máximos del trigo, maíz y soja, respectivamente, son un shock de realidad que se condice más con lo que ocurre con la oferta y demanda real hoy por hoy a nivel global.
Estas caídas se profundizaron al mismo ritmo de la caída del petróleo, el estallido de la crisis financiera sistémica del mundo capitalista y la probable recesión norteamericana, lo que muestra que es el final, por ahora, de la especulación con los productos primarios.
Quedan dudas sobre si en el futuro, ante un menor dinamismo de la economía norteamericana, algunos fondos especulativos volverán a intentar refugiar sus capitales en los commodities.
En los últimos meses se han profundizado las caídas de los precios, mientras las perspectivas de una recesión global también comienzan a afectar el futuro de los productos agropecuarios, conmenores perspectivas en el mediano plazo de expansión de las áreas cultivadas y rendimientos inferiores a los hasta aquí generados.
A estos factores hay que sumarle el hecho de que los eventos climáticos generan incertidumbre en los rindes del 2009.
Hay que destacar también que este canal es fundamental para la economía argentina, porque los altos precios han permitido sostener la bonanza de crecimiento de tasas altas por más de un quinquenio mediante la expansión del gasto público y la emisión monetaria.
Este reordenamiento de los precios de los commodities pone a la economía argentina frente a dos problemas que deberá resolver en lo inmediato:
* El gobierno sufrirá el efecto de una menor recaudación por retenciones, lo que le quita impulso para realizar políticas contracíclicas en momentos donde el nivel de actividad sufre de la reducción del crédito y las menores expectativas por parte de los consumidores.
* El BCRA también tendrá menos margen para emitir pesos comprando dólares, debido a que la aparición de un nuevo participante que disputa la posición dominante en el mercado cambiario local (el sector privado no financiero) y los ahora menores precios de los commodities dejan menos dólares disponibles para inyectar liquidez en la economía local.
Estos dos factores, que antes fueron apuntalados por generar políticas procíclicas en momentos de excepcional crecimiento, perderían dinamismo cuando más se los necesita, cuando hay que incentivar un repunte del crédito y del consumo.
Fuente: informe consultora Abeceb.com.
SISTEMA FINANCIERO: POR AHORA, FIRME
¿Cuál sería el impacto de esta crisis internacional sobre el sistema bancario local y cómo están reaccionando las tasas?
Para responder esta pregunta es necesario diferenciar tres aspectos de nuestro sistema financiero:
1- Es solvente y rentable. Tras la crisis del 2001-2002 se dio una importante mejora patrimonial y de rentabilidad en los bancos locales. Esto se debe a que un mayor nivel de rentabilidad sobre los activos, acompañado por una mejorada relación de capital sobre activos, implica una mayor fortaleza del sistema.
2- Existe un alto nivel de liquidez. El sistema financiero ha sabido sortear sin complicaciones los diferentes shocks de liquidez que sufrió durante el 2007 y el corriente año.
3- Su nivel de madurez le permitiría adecuarse a los diferentes acontecimientos. Este aspecto se puede observar al analizar los orígenes y las aplicaciones de fondos del sistema financiero en el primer semestre del 2008. Durante este período los depósitos continuaron siendo una fuente de financiamiento.
Si bien es necesario aclarar que las entidades financieras tienen flexibilidad para efectuar sus ajustes internamente, en los últimos días comenzó a evidenciarse una suba en la tasa de interés como consecuencia de una mayor demanda de dólares.
Estas alzas en el costo del dinero afectan el financiamiento a empresas en un momento en el que resulta de suma importancia mantener el ritmo de la actividad económica. Por tanto, evitar el alza de tasas de interés y la variabilidad del tipo de cambio es importante en el contexto actual de inestabilidad que se vive en el resto de los mercados, además de resolver las cuestiones institucionales pendientes.
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar