Se viene el ajuste. Pasó la etapa de la euforia, de anuncios grandilocuentes, de festejos desmesurados. Empezó la etapa de la preocupación, de cara a la severa crisis internacional, que cae en un momento donde la economía argentina había empezado a mostrar signos de desaceleración.
Lógicamente, con el tembladeral que se está viviendo a nivel mundial, esa desaceleración podría agravarse notablemente en los próximos meses.
De allí que el Poder Ejecutivo comenzó a estudiar la alternativa de implementar medidas especiales para paliar los efectos nocivos que puedan visualizarse.
En primer término, con los subsidios. El objetivo es establecer un recorte del 10 al 15% en subsidios especiales que tiene la actividad privada, especialmente rubros del transporte y los combustibles.
A su vez, la eliminación de exenciones es un tema que se busca plantear. El punto primordial sería incluir en Ganancias actividades que aún no están gravadas, como la renta financiera.
Por otro lado, en el tema tarifas, se considera que los costos de la electricidad tendrán ajuste antes de fin de año. También podría haber correcciones importantes en el transporte y en agua corriente.
Con respecto a los tributos, aún no hay una decisión adoptada, pero no se descarta realizar algún ajuste, quizás por el lado del impuesto al Cheque.
Paralelamente, en el gobierno consideran que la crisis financiera internacional está provocando una suba natural del dólar, con lo cual se podría concretar una reducción, en ese caso, del ritmo de expansión monetaria.
De esta manera, el gobierno considera que con estas decisiones podría asegurar el superávit fiscal estimado en el proyecto de presupuesto para el próximo año, el cual se ubicó en el 3,5% del Producto Bruto Interno.
"La orden es clara. La única manera de hacer frente a este tipo de crisis tan dura es afianzar el balance de las cuentas públicas, el superávit fiscal, no hay otra alternativa'', aseguró un funcionario de Casa de Gobierno.