La situación de los asalariados está complicada. La inflación pega de lleno en el bolsillo y la espiral de precios creciente, que se observa cada vez que uno va al supermercado y llena el changuito con alimentos, aumenta las ansiedades y desesperación del grupo familiar que vive de un salario.
Pero qué es lo que debe considerar una persona cuando se encuentra frente al director de RR. HH. de su empresa para solicitarle un aumento de sueldo. Es una oportunidad que no debe desperdiciarse.
Éstos son algunos conceptos que pueden ayudar a la hora de encarar ese momento tan importante:
* Uno debe planificar y redactar la petición de la suba de sueldo para parecer organizado, coherente y mostrar al superior argumentos sólidos y con plena confianza en uno mismo y en su trabajo. No caben las improvisaciones, ya que esto quita seriedad a la charla.
* Nunca se debe amenazar a la empresa con abandonar el trabajo en caso de que la petición de la subida de sueldo no sea aceptada.
* Una vez planteado el tema, lo mejor es ir al grano y presentar sobre la mesa una cifra orientativa de lo que se quiere ganar al año en bruto, de esta forma estudiarán el aumento de sueldo en base a esa cantidad.
* La cantidad que se solicite debe ser coherente y razonable, nunca se debe presentar por presentar una cifra desmesurada, pues puede resultar perjudicial para el trabajador y un abuso para la empresa.
* En caso de que la situación económica de la empresa no sea la mejor, lo preferible es pedir un aumento de sueldo en especias, es decir: pedir unas contraprestaciones. Por ejemplo: que te financien un curso de idiomas, un máster, coche de empresa o cualquier bien o servicio que la empresa esté dispuesta a ofrecer a cambio.
* En materia salarial, nunca se debe comparar uno con sus compañeros ni justificar su aumento de sueldo por la situación personal que pueda estar pasando.
* Por último, hay que ser educado, mostrarse tranquilo y confiado en uno mismo y buscar el momento para comenzar la charla. Y, ante todo, hay que ser discreto.