La construcción en la Argentina durante agosto creció sólo el 0,9% respecto del mismo mes del año anterior y mostró una caída de 3,1% en relación a julio pasado. En Neuquén, los datos no son mejores. Según información consignada por el Instituto de Estadística y Registro de la Industria de la Construcción (IERIC), la cantidad de trabajadores registrados en la actividad cayó cerca del 17% en lo que va del año y las solicitudes de las libretas de empleo se desmoronaron en agosto cerca del 45% respecto del mismo mes del año anterior.
Fuentes empresarias de la región ligadas a la actividad destacan que la construcción en Neuquén cayó más del 35% en lo que va del año, teniendo en cuenta los permisos de obra que hoy están registrados en los principales municipios de la provincia y el freno que existe sobre la obra pública. Sólo se mantienen, pero también con baja intensidad, las obras particulares de ampliación y construcción de vivienda que no movilizan gran cantidad de trabajadores.
Hoy Neuquén se encuentra entre los cuatro distritos más importantes que presentan mayores pérdidas de empleo en esta actividad (ver infograma adjunto). La perspectiva existente sobre la creación de nuevos puestos de trabajo para los próximos meses continúa siendo poco favorable, dado que no se esperan cambios dentro de la industria para esta región. Desde el sector privado se destaca que los costos de construcción tocaron niveles históricos y que hoy sólo hay un mercado muy selectivo que paga emprendimientos (departamentos) por encima de ellos.
El boom del período 2003/2007 no volverá. La desaceleración de la actividad ya es palpable en Neuquén. La construcción de edificios para viviendas u oficinas, que hace sólo un par de años era uno de los indicadores del crecimiento que mostraba la actividad, hoy está casi paralizada. Respecto de la obra pública, los datos que refleja el presupuesto no son nada alentadores. El desfinanciamiento de caja que presenta la administración Sapag hace difícil que parte de los fondos asignados a partidas de gastos corrientes (que se llevan más del 80% del total de las erogaciones) se reorienten a trabajos de infraestructura. Esto quiere decir que los niveles de obra pública en Neuquén se mantendrán bajos, lo que terminará repercutiendo en forma negativa en toda la actividad global.