Al menos 25 grandes fondos de inversión ya están haciendo cola para entrar a la reapertura del canje de deuda que anunció el gobierno a comienzos de esta semana. Se trata de una serie de hedge funds que firmaron un preacuerdo con los tres bancos organizadores de la operación (Deutsche Bank, Citigroup y Barclays) para entregar los títulos en default, que fueron adquiriendo en los últimos meses, ni bien se habilite esta opción.
Precisamente, estas dos docenas de fondos son las que garantizarían al gobierno un nivel de adhesión mínimo de 10.000 millones sobre los cerca de 20.000 millones en bonos que hoy continúan en cesación de pagos.
En el gobierno se esperanzan ante este escenario y afirman que la adhesión podría superar los 15.000 millones. De ser así, la aceptación del canje -sumando el 76% logrado tres años atrás- superaría el 90%. Una cifra que podría persuadir al mundo financiero (incluido el FMI y al propio juez Thomas Griesa, que sigue las demandas contra Argentina en Nueva York) a convalidar que finalmente el país salió del default.
Otros bonistas, en cambio, rechazan la propuesta del gobierno. Es el caso de las asociaciones que agrupan a los ahorristas pequeños en Argentina, Italia, Alemania y EE.UU. También están pendientes de acuerdo los grandes fondos buitres, cuyo negocio es la industria del juicio. Es el caso de Elliot y Dart.
Algunos informes privados de bancos de inversión hablan de una ganancia del 20% en dólares en los sólo cuatro meses que tomará el canje. Esto es así porque, a cambio del título en default, obtienen un bono Discount que va a cotizar con una paridad más alta porque es un título performing más un cupón atado al PBI.