Miedo industrial. Parece que el temor al gobierno es cada vez mayor. Por lo menos, eso es lo que demuestran los empresarios nucleados en la Unión Industrial Argentina (UIA). Hasta hace apenas 10 días la interna era feroz. De golpe, cuando ya se sabía que la presidenta concurriría esta última semana al festejo por el Día de la Industria en la sede de la entidad fabril, la dura pelea entre el presidente de la UIA, Juan Carlos Lascurain, y su vicepresidente, José Ignacio de Mendiguren, desapareció. Es más, "Río Negro" estuvo presente en el acto de celebración y uno de los principales integrantes de la cúpula de la central industrial no dudó en afirmar que "la pelea ya pasó".
Pero el mismo empresario admitió otra realidad de la clase dirigente. "Es muy difícil tirarse contra este gobierno. Hay que ser muy cauteloso. Es decir: indudablemente que empiezan a verse algunos problemas de rentabilidad, costos y tipo de cambio, pero también es importante admitir que este gobierno es el que nos ha devuelto la vida de industriales", fue la frase lapidaria del pope fabril.
¿Me pueden esperar? En los pasillos de Casa de Gobierno se empezó a escuchar una versión que cobró fuerza en las últimas horas. El Ejecutivo analiza la posibilidad de acordar con el Club de París una demora en el pago de la deuda. "La idea es pagar cash, pero en un momento menos turbulento", enfatizó un importante funcionario. El objetivo es acordar el pago, llegar a un acuerdo con el Club de París y "patear" la cancelación de la deuda para principios del año 2009.
"Aquí es muy clara la situación. Cuando la presidenta anunció la cancelación de la deuda con el Club de París, todavía no se había producido el rescate de Merrill Lynch, la caída de Lehman Brothers o el salvataje de AIG. Era un contexto delicado, pero ahora es muchísimo más complicado. Por lo tanto, estamos evaluando hacer el pago un poco más adelante, sería más oportuno para la Argentina", concluyó el funcionario.