"La semana que viene firmamos", volvió a insistir el gobernador Sapag al ser consultado por los acuerdos técnicos que avalan las prórrogas de las concesiones. La firma, anunciada por el mandatario neuquino hace más de dos meses, está condicionada por el contexto de volatilidad internacional y control de precios internos. Las empresas conocen la debilidad de Sapag: la necesidad de fondos frescos es imprescindible para poder continuar esta "fiesta del gasto". Son conscientes de que el tiempo apremia al gobierno y el poder de la negociación está en sus manos. Lo que en principio iban a ser miles de millones de dólares para las arcas neuquinas hoy son sólo cientos y a pagar en cuotas. ¿No será tiempo de sacar a la luz las negociaciones y analizar qué es lo que verdaderamente le conviene hoy a la provincia?