Se interpreta que la cartelización está compuesta por un conjunto de empresas -o naciones en el caso de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP)- que pueden llegar a restringir sus producciones y elevar los precios de común acuerdo, como así también aceptar no venderlas por debajo de los acordados.
De la cartelización derivó el concepto "el poder del mercado", que es el grado en que una o varias empresas consiguen controlar la producción y los precios de una industria. Aquella que posee el monopolio en un mercado tiene la posibilidad de manejar el o los precios de los productos que elabora -debido a que, si produce poco y la demanda es inelástica, creará una escasez, lo que hará que los precios suban- o de aumentar la producción para que, al menos en teoría, disminuya el precio.
También se considera que existe un "monopolio colectivo", que se conoce como cartel, cuando participa un grupo de empresas, cada una de las cuales acepta producir menos de lo que produciría en competencia irrestricta con el objeto de elevar los precios de tal forma que todas puedan obtener utilidades.
De cualquier manera, por más que el arreglo sea muy provechoso para las empresas como grupo, nunca se descarta que alguna lo abandone para obtener mejores resultados. La experiencia demuestra que los carteles sólo pueden elevar los precios si disminuyen la producción y que, cuando los precios son más altos, los miembros del cartel tienen motivos para producir incluso más que en equilibrio competitivo, por lo que cuando mayor sea el éxito del cartel, mayor puede ser el incentivo para transgredirlo.