Si el consumo de vinos de alta gama es un fenómeno cada vez más importante en el país, la oferta de las vinotecas virtuales personalizadas viene a cubrir una necesidad de asesoramiento y privacidad. Existen en todo el país y las hay muy serias; el norte de la Patagonia no es la excepción a juzgar por el servicio que ofrece César Esmella, un sommelier que vive en Neuquén, a través de su www.australwinery.com.ar
A continuación, la charla mantenida con el entrevistado.
-¿De qué se trata?
-Es una vinoteca virtual. Lo diferente es que brinda un asesoramiento al consumidor. ¿Qué quiere decir? "Tengo una fiesta, ¿qué vinos puedo tomar?". Porque no es lo mismo comer un asado que comer un pollo con determinada salsa. En Austral Winery lo que reciben es una recomendación sobre qué vino es más acorde con la comida que van a probar ese día. Puede ser para un evento o una cena particular. Puede pasarnos también con los regalos. Hay gente que tiene que hacer un regalo en particular y me pregunta qué puede ser diferencial -por el estuche o por determinado tipo de guarda-. Y es entonces cuando aparece
mi pregunta: "¿A quién le vas a regalar y por qué?".
-¿Qué busca la gente en una vinoteca virtual?
-Cuando alguien entra a internet está buscando precio. Llevo seis meses y ya tengo más de 35.000 visitas. Veo la trastienda: muchos entran a informarse y la mayoría son descripciones mías. Yo no soy mezquino. La libertad de información es de todos. Si hay un vino que no publiqué es porque no me conecté con el proveedor o porque no me pareció bueno para ponerlo en mi página. Después puede ir al súper a comprarlo. Quizás
el día de mañana Austral Winery crezca tanto que tenga un espacio físico, pero va a seguir asesorando a través de la etiqueta que adjunto en los vinos de alta gama.
-Es como un comercio virtual de vinos personalizado.
-Trato de brindar asesoramiento al consumidor para que él pueda elegir mejor. No es una imposición. Hay otro asesoramiento que es personal, porque una de las prioridades de Austral Winery es la privacidad del cliente. El cliente no fue a un comercio con vidrios, así que yo tengo que cuidar esa privacidad. Él me está pidiendo además que le entregue un producto en la privacidad de su casa o su oficina. Hay mucha gente a la que no le gusta que se vea lo que consume. Austral Winery lleva un año, es una página de catálogo. Lo que abrimos ahora es la posibilidad de que todas las semanas les llegue a quienes están registrados información de los productos, ofertas y actividades.
-No es un club pero se arma un grupo.
-La diferencia es que el club obliga a pagar una membresía y a que todos los meses compren una caja de vino. Yo quiero que la gente acceda libremente. La gente termina cerrándose en grupo.
-¿Y cómo se paga?
-A través de tarjeta de crédito, de depósito bancario. La página web me abrió a sitios que no suponía, como Córdoba o San Martín.
-¿Tiene vinos que aquí no se consiguen?
-Sí. Como hace tiempo que me dedico al vino, conozco bodegueros, sommelier y enólogos. Ahora incorporamos los vinos de una nueva bodega de Fernández Oro. El proveedor confía porque sabe que yo cuido el vino en una cava climatizada, que entrego a domicilio. Tengo un depósito sin luz, vibraciones, humedad. En los súper eso no se cuida; por ejemplo se lava el piso con lavandina, que afecta el alcornoque de muchos corchos de guarda.
-¿Los interesados deben ir a la página?
-A www.australwinery.com.ar o estoy conectado en austrawinery@hotmail.com en el messenger.
-¿Cómo funciona en el mundo?
-Funciona muchísimo. Mire, ¿conoce Virgin Records, la discográfica? Bueno, el dueño, que es multimillonario, tiene muchas cosas, entre ellas una vinoteca virtual. En Francia existen desde hace mucho tiempo.
-¿Y en Argentina?
-En Buenos Aires hay dos muy serias, porque en esto parece que cuando se dice venta de vino por internet parece que fuera mercadolibre.com o deremate.com y ahí aparece el problema. Vinotecas virtuales serias somos muy pocas: cuidamos al proveedor y al cliente.
-¿Si alguien quiere un vino de entre 15 y 20 pesos, que sea diferente del que se consigue por ahí, qué le diría?
-Voy a decir: "¿Entre 15 y 20 pesos para qué? ¿Para juntarse a jugar un picado el domingo o enamorar a tu chica?". Porque si no termina siendo un líquido y en realidad es el acompañante de las situación que cada uno elige.
MARTÍN BELVIS
belvis@rionegro.com.ar