El país está hoy lejos de no honrar los compromisos de su deuda pública. Sin embargo, los especialistas aseguran que en el mediano plazo la situación económica puede complicarse. sta es la sociedad que mira perpleja como la administración Kirchner (Néstor y Cristina) dilapida las oportunidades de todo un país sólo para buscar monopolizar el poder que hoy intentan sostener con serias dificultades.
En esta semana la administración de CFK salió a confirmar a Guillermo Moreno y sus manejos en el INDEC. Lo propio hizo también con el ausente ministro de Economía, Carlos Fernández, y hasta insinuó que no dudaría en volverle a vender bonos argentinos a Venezuela después de la debacle que generó esta decisión hace sólo unas semanas.
Con este escenario, la orden de venta de bonos argentinos volvió a resonar en los mercados. Los más de 400 millones de dólares que usó el gobierno para la compra de títulos y así presionar la suba de los mismos no pudieron con el mal humor del mercado. En los últimos cinco días, los bonos volvieron a caer para volver a los niveles cercanos a los de la última crisis. Conclusión: la recompra de bonos por parte del gobierno sólo sirvió para ganar algo de tiempo pero no solucionó los problemas de confianza que presenta el mercado.
¿Qué nos indica esta inestabilidad que presentan los bonos?
Las expectativas que existen para invertir en el país. En la medida en que los bonos bajan, la desconfianza de los inversores se dispara y aumenta la posibilidad para el mercado de que el país no pueda hacer frente a sus compromisos una vez que venzan los plazos de los bonos colocados en el circuito financiero.
¿Qué lee el mercado sobre la
Argentina como para que bajen tanto los bonos?
Para los inversores "la foto" del país es buena, no así "la película".
El temor existente es lo que se viene para la Argentina y las posibilidades de hacer frente a los compromisos contraídos a partir del próximo año. Entre los puntos que tienen en cuenta hay que mencionar:
* La dependencia de los im
puestos externos en el presupuesto. Hoy el 100% del superávit que presenta el presupuesto llega de la mano de las retenciones a las exportaciones. Para muchos de los analistas internacionales, las tendencias de los precios de los commodities tenderán a estabilizarse a la baja y esto terminará por repercutir en los niveles de recaudación. En la medida en que el gobierne no contemple un cambio progresivo de su matriz de ingresos, la vuelta de los precios de los granos y el petróleo a sus cotizaciones históricas significará la aparición del déficit fiscal y con ello la falta de dinero para poder cancelar los compromisos de vencimientos.
* La falta de señales para el cambio de rumbo. El gobierno salió esta semana a aclarar que no sólo no modificará el cambio del rumbo económico sino que buscará profundizarlo. ¿Qué interpreta el mercado con estos dichos? Que en la Argentina habrá que convivir con una inflación alta;, que el secretario Moreno seguirá interviniendo el mercado (control de precios internos, subsidios cruzados y recorte de las exportaciones, entre otros puntos) y que no se sincerarán los números de la economía argentina.
Frente a estos conceptos, quién puede llegar a apostar en el país. El gobierno no garantiza un escenario claro para el mediano y largo plazo y eso imposibilita que lleguen las verdaderas inversiones para infraestructura.
Conclusión: en poco tiempo más la economía presentará
serios "cuellos de botella" para poder continuar su marcha.
* La imposibilidad de acceder al mercado voluntario de deuda. En la medida en que pasa el tiempo y no hay cambios a la vista, la desconfianza del exterior se acrecienta. Datos consignados por la firma M&S Consultores detallan en este sentido que los vencimientos de deuda que presenta la Argentina son cada vez más voluminosos. En el 2006 totalizaban los 11.850 dólares, mientras que para el próximo año alcanzarán los 20.500 millones de dólares. Las necesidades de financiamiento se duplicaron: de 4.800 millones, a cerca de 9.000 millones de dólares en el mismo período de análisis.
Ahora bien, a esto hay que agregarle una importante variable: en el 2006 el país pagaba tasas razonables para poder endeudarse (entre el 7 y el 8% anual). Hoy el mercado de capitales está cerrado salvo que convalide tasas por encima del 14% anual. Es por ello que los operadores consideran que el superávit del 2009 sólo cubrirá el 50% de los compromisos de deuda que tiene el país. El resto lo tendrá que conseguir vía Venezuela, BCRA o AFIP, ingresando de esta manera en un circuito negativo para la economía del país.
Volviendo a nuestras tres Argentinas, queda claro que, si no hay una rápida corrección del modelo, el pesimismo de la sociedad terminará por desplazar los buenos números que todavía presenta la economía. Hay una palabra que es importante para tener en cuenta en estos momentos: expectativa, que es la esperanza que se tiene sobre determinado accionar.
El ritmo de una economía depende en gran parte de la expectativa que tienen los inversores en un país. Los bonos y la bolsa marcan el pulso de esta esperanza. Hoy estos dos indicadores se muestran fuertemente negativos...