Durante los últimos meses, en los que el financiamiento local se empezó a congelar, aumentaron las familias e individuos que no pueden afrontar al pago de sus obligaciones bancarias: el nivel de mora llega al 4% en las líneas destinadas al consumo e impulsa el aumento de la cartera irregular de todo el sistema (3,3%), según reveló días atrás el Banco Central.
El efecto es lógico, dicen, en un escenario de alta incertidumbre y con tasas de interés en continuo crecimiento. "Esto es un problema que se deriva de una situación macro: la inflación está en niveles elevados y la sufren los sectores más relegados, que ven crecer sus ingresos a un ritmo mucho menor. Eso genera un deterioro en el poder adquisitivo, que se traduce en el deterioro de la calidad crediticia de los tomadores de estos créditos", opinó el economista Rodrigo Álvarez.
La cartera en situación irregular es ya del 4% en las líneas destinadas al consumo, según los datos del BCRA registrados sólo hasta mayo del 2008. Pero fue significativamente más liviana (2,9%) en las líneas para las empresas. Eso se dio porque, en estos años, a las compañías se las vio mucho más aisladas del financiamiento bancario y más preocupadas por sanear deudas y autofinanciarse con sus propias utilidades.
Los bancos privados, con una irregularidad del 3,8%, se ven hoy más afectados por el incumplimiento de las personas que los bancos públicos, en donde la mora llega apenas al 2,64%.
Las tarjetas de crédito, por su parte, continúan su proceso de refinanciación que ya viene desde el 2007, ofreciendo un acuerdo de pago sobre las moras con tasas de interés que superan el 40% anual.