Los crecimientos de las áreas sembradas y los rendimientos sustentados por tecnologías de última generación y semillas genéticamente modificadas, que facilitaron la siembra directa y disminuyeron los costos de producción, fueron impulsados por la ascendente demanda mundial, según la Dirección Nacional de Alimentación de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA). Luego, la expansión de la soja desplazó a cultivos tradicionales como el girasol, maíz y sorgo. Aparte, como se sabe, numerosos productores ganaderos y lecheros reconvirtieron sus actividades para dedicarse a la soja, que elevó su implantación en zonas consideradas marginales.
INCREMENTO DE MOLIENDA
La continuidad de las inversiones y la adopción de procedimientos cada vez más eficientes permitieron incrementar las moliendas a casi 150.000 toneladas diarias y ubicar a la industria en tercer lugar a nivel mundial, luego de Estados Unidos y China y precediendo a Brasil.
En la Cámara Industrial Aceitera de la República Argentina (CIARA) informaron que el año pasado había 53 plantas de procesamiento pertenecientes a más de una decena de compañías, instaladas en 8 provincias, mayormente cerca de Rosario y San Lorenzo-San Martín, en la provincia de Santa Fe.
A ellas se agregaron, inclusive, infraestructuras logísticas de almacenamiento y accesos a los transportes marítimo y terrestre, mediante la construcción o adquisición de puertos y la participación en las privatizaciones ferroviarias. Todo esto trajo aparejado un proceso de concentración en pocas empresas y grupos económicos.
EXPORTACIONES POR ENCIMA DEL 90%
En pleno conflicto con el campo, el 26 de junio pasado, Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Nación, ratificó el acuerdo entre el Ministerio de Economía y Producción y la CIARA. Lo consideró "racional", sobre todo porque "es un sector que exporta el 95% de lo que produce -92% para la CIARA- en forma muy competitiva, a precios argentinos, con tarifas y combustibles subsidiados, salarios que tampoco se pagan en euros ni en dólares y que percibe los precios de las materias primas en monedas más fuertes respecto del peso".
Por el mismo acuerdo, se eliminaron compensaciones que pagaba el Estado y que a la presidenta no le parecían justas.
Se supuso que esas exportaciones y las de sus derivados facilitarán las cosas a los proveedores internos de aceites de soja, girasol y sus mezclas, por las diferencias entre los precios en los mercados in
ternacional, neto de derechos, y local, cuyos precios de comercialización deberán estar impresos en las etiquetas. A esta cláusula sólo adhirieron Aceitera General Deheza, Molinos Río de la Plata, Molinos Cañuelas, Nidera, Vicentin, Germaiz y Tanoni.
La Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCAA), que entre otras cuestiones se ocupa de los pagos de subsidios al sector alimentario, frenó los correspondientes a las aceiteras para que mantuvieran congelados sus precios, aunque atribuyó a algunas adeudar al Estado nacional alrededor de 130 millones de dólares.
ACTIVIDADES BAJO LA LUPA
Las actividades de las cerealeras -algunas son también aceiteras- serán investigadas por una comisión bicameral parlamentaria como consecuencia de la denuncia de la ONCAA, que interpretó que presentaron declaraciones de exportaciones anticipadas para eludir los pagos de mayores retenciones, perjudicando así al Estado en 1.700 millones de dólares. Las fábricas, a su vez, denunciaron a los supermercados y mayoristas por no comprarles el mes pasado, cuando las cadenas comerciales argumentaban que la suba autorizada del 10,4%, no trasladable, les ocasionaba una pérdida insostenible y se quejaron por no haber sido consultadas ni incluidas en el acuerdo.
CIARA admitió, posteriormente, que hubo asociados con problemas para efectuar las entregas, por lo que fueron menores a las solicitadas.
MIGUEL ÁNGEL FUKS
miguelangelfuks@yahoo.com.ar