La torpe política de estos últimos 125 días complicó severamente el escenario económico.
Las principales variables macro del plan K están gravemente distorsionadas. El rechazo del proyecto de retenciones móviles en el Senado y la derogación de la resolución 125 ayudaron a cambiar el humor de los inversores.
Pero todavía hay dudas de que existan verdaderas modificaciones sobre la política oficial para corregir sus desvíos. Los tres mosqueteros (como llaman en la City porteña a la tríada oficialista que componen Ricardo Jaime, secretario de Transporte, Guillermo Moreno, de Comercio, y Ricardo Echegaray, de la ONCCA) se mantendrán en sus puestos.
La presencia de Néstor Kirchner en la economía no dejará de gravitar, por lo menos, en lo que al corto plazo se refiere.
Y este escenario genera inestabilidad.
Música para los oídos de la City porteña.
Todo dispuesto para hacer grandes diferencias sólo con el movimiento del dinero; la vuelta de la clásica bicicleta financiera.
“Hoy existen ofertas interesantes. Se puede colocar un millón de pesos al 22% anual hasta el 30 de diciembre calzado con un dólar a 3,13 por unidad”, confió un operador del mercado. En seis meses el inversor se hace alrededor de 30.000 dólares de ganancias sobre una inversión inicial de algo más de 325.000 dólares.
“¿Es confiable la colocación?”, preguntó este diario.
“Por supuesto. Se hace con un banco de primera línea y un seguro de cambios que respalda la operación”, aseguró la fuente.
Todo tipo de datos recorrió esta semana los despachos de los altos ejecutivos de grandes empresas, que salieron a “pescar” las mejores oportunidades para amortiguar los efectos de la inflación y el clima de incertidumbre que sobrevuela el mundo de los negocios desde hace ya un par de meses.
La consigna es no quedarse con los pesos en la mano. Intentar no perder la carrera con la inflación.
Las altas tasas de interés movilizan al mercado. Está semana tocaron nuevos records para el año.
Las estrategias que utilizan las empresas para poder sortear este escenario no son siempre las mismas. El imaginario argentino en este sentido tiene un amplio catálogo de ofertas a la hora de salir a buscar resguardo financiero.
Tres son las más utilizadas por las empresas frente al actual escenario económico: la acumulación de mercaderías en stock, tomar posición en la moneda en que se encuentra endeudada la firma y las colocaciones financieras a corto plazo sobre excedentes de liquidez.
Las elecciones varían según la actividad a la que se dedique cada compañía. Un reciente trabajo realizado por el matutino porteño “El Cronista” señala que aquellas empresas cuyo negocio está vinculado al mantenimiento de una amplia infraestructura prefieren inclinarse por acumular mercaderías. Lo mismo sucede con las pymes que no interactúan con el mundo financiero.
En la vereda de enfrente, las empresas con amplios flujos de cajas son las que más frecuentan las colocaciones financieras.
“Algunas montaron verdaderos bancos dentro de las compañías”, asegura un operador de la City con cierta ironía.
Sin ir más lejos, las obras sociales gremiales en estos últimos meses armaron verdaderos búnkeres donde colocan sus disponibilidades de liquidez a tasas muy atractivas.
Las empresas de servicios públicos son otro ejemplo. Se convirtieron en compañías de caja, más allá de no tener resultados del todo positivos en algunos casos. Tienen un ingreso fijo mensual y necesitan una de tesorería especial.
Lo mismo ocurre con otras empresas como las editoriales (que hacen, en muchos casos, caja en forma diaria) o las grandes cadenas de supermercados.
Postergar las obligaciones de pago en 15, 30 ó 45 días es la clave para que a estas empresas les cierre el negocio financiero en forma óptima.
CAMBIO DE ESCENARIO
Con la derogación de la 125, el mercado espera una recomposición de la confianza de los operadores.
El campo venderá su cosecha almacenada con retenciones al 35%. Esto generará un importante ingreso de divisas al país y la liquidez volverá al sistema. Están dadas las condiciones para que se recomponga el país previo al 11 de marzo.
Pero hay un problema. Sin las retenciones móviles, el fisco nacional dejará de contar con 1.300 millones de dólares para este año, dinero que complica el “blindaje” de caja que tenía CFK.
Para la mayor parte de los analistas existirá un “bache” financiero que se puede completar con mayores recursos o menores erogaciones.
Se espera que el gobierno aplique una combinación de ambas alternativas para dar respuesta a sus demandas, por lo menos hasta que intente pasar la ley de retenciones móviles nuevamente por el Congreso.
La mayor presión tributaria puede llegar de la mano de nuevos impuestos al sistema financiero. La política de disminuir gastos, redistribuyendo menores fondos a las provincias.
Pero con esto sólo no alcanza. En la medida en que el gobierno no contemple políticas activas para contener la inflación y bajar el gasto público, el oxígeno que generó la derogación de la 125 en el mercado se disipará rápidamente.
Y la bicicleta financiera aparecerá con mucha más fuerza.
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar