El conflicto del campo sigue golpeando de lleno en los números financieros.
Es más, muchos economistas ya dejaron trascender que el problema excede la coyuntura de la puja del gobierno por las retenciones móviles.
Los ahorristas mantienen la salida de fondos del sistema. El dato: sólo el 35% de los plazos fijos a 90 días que vencían esta semana fue renovado en la City porteña. Cada vez más se apuesta al corto plazo.
La gente rehúye de las ofertas de los depósitos tradicionales de los bancos, para esconderse en las monedas extranjeras. Las preferencias: el dólar y el euro.
Frente a este escenario, la tasa de interés continúa su escalada, lo que genera un efecto negativo sobre la actividad económica del país. Hoy los bancos ofertan por depósitos superiores a los 100.000 pesos tasas pasivas del 17% anual.
Ya es un hecho el enfriamiento de la economía. Hoy en el mercado ya se asevera que las tasas han encontrado un nuevo equilibrio, muy por encima de las de principio de año.
La contracara de esta situación es que los créditos privados continúan expandiéndose a tasas interanuales del 40%, profundizando las asimetrías con los depósitos en el sistema.
Las tasas anuales que se pagan por créditos para consumo están hoy arriba del 35% anual. Para empresas de primera línea, en torno del 24% anual.
La deuda privada crece y es hoy lo que está manteniendo los niveles de consumo, un punto clave del desarrollo del plan económico oficial. Volvemos al '95 con el voto cuota de la presidencia de Menem. La sociedad está cada vez más en deuda y en algún momento estos desvíos tenderán a ajustarse. Es la ley del mercado.
¿Cuánto más puede aguantar el sistema con este esquema?
Un reciente informe elaborado por Fundación Mediterránea señala que datos parciales de junio estarían mostrando una desaceleración en el ritmo del financiamiento privado (créditos).
El escenario es complicado. En la medida en que los ahorristas no aparezcan con sus ahorros para dejarlos en los bancos, las entidades financieras dejarán de prestar para no quedar "descalzadas" y esto frenará aún más el movimiento de la economía.
Entre tanto, el Banco Central continúa liberando dólares de sus reservas para compensar el faltante de esta moneda, que debería haber llegado de la mano de las exportaciones de soja.
Mientras el acuerdo con el campo no llegue, los productores seguirán sentados sobre su cosecha esperando los nuevos aranceles de retenciones. Si la producción no se exporta, los dólares de la soja no entrarán al circuito financiero y el Central deberá continuar liberando reservas.
Todo indica que el acuerdo con el agro no se alcanzará en esta semana, y queda para mucho. De ser así, no habrá cambios en el corto plazo sobre las tres variables mencionadas: tasas activas en alza, pasivas en la misma línea y un dólar débil acompañando el enfriamiento de la economía. (R. Central)