Las diferencias entre el sector agropecuario y el gobierno nacional no sólo influyeron para que los inversores se deshicieran de sus posiciones en títulos públicos, cuyas cotizaciones cayeron a los precios más bajos pese a las compras del Banco Central (BCRA), sino también para que se retiraran depósitos de los bancos.
Mientras junio avanzaba, el BCRA siguió expresas instrucciones del ex presidente Néstor Carlos Kirchner, pero nunca publicitadas, y continuó interviniendo en el mercado. El dólar cayó así a 3,04 pesos, su nivel más bajo desde diciembre del 2005, y afectó a los exportadores de granos y a los "especuladores financieros", aunque para ello la institución monetaria debió desprenderse de reservas. De esta manera, se buscó desalentar los traspasos a dólares; favorecer las colocaciones en pesos en los bancos y seguir vendiendo divisas a futuro a un precio inferior al del mercado mayorista. Hasta en la Unión Industrial Argentina se preocuparon no sólo por la tendencia a la baja del tipo de cambio sino, además, por los costos en alza y la nueva puja distributiva planteada por la CGT.
En los últimos 12 meses, la Argentina soportó dos corridas financieras. La primera, en noviembre del 2007, por la conmoción de la economía norteamericana y la segunda, desde las postrimerías de marzo pasado, cuando Martín Lousteau -entonces ministro de Economía y Producción- aplicó las retenciones móviles aprobadas por la presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, que desencadenó el conflicto entre el campo y el gobierno.
Y si bien hacía tiempo que se registraba una significativa salida de capitales, el 18 del actual las reservas quedaron en 47.702 millones de dólares, lejos de los casi 50.517 millones del 27 de marzo pasado. De esa caída de 2.869 millones, cerca de 2.500 millones se alejaron del país y los restantes quedaron aquí, en las cajas de seguridad y debajo de los colchones...
El BCRA desalentó las compras de dólares y maniobró para que disminuyera la cotización, por lo que en las principales casas de cambio, el viernes 20, se vendió al público a 3,06 pesos y compró a 3,03.
Los bancos perdieron depósitos de particulares por 6.018 millones de pesos entre el 23 de abril y el 22 de mayo último, según el Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (Cefid-Ar), que es financiado por la banca pública y cooperativa. Fue la mayor reducción en los últimos seis años en el stock de plazos fijos y en los saldos en cajas de ahorro. Casi todos esos pesos habrían sido destinados para comprar dólares.
Eso ocurrió mientras la demanda de créditos mantenía su expansión e influyó para que se elevaran las tasas de interés pasivas (las que los bancos pagan por los depósitos) con el propósito de frenar semejante tendencia. También las subieron las activas (las que las entidades cobran por los préstamos).
Por otra parte, en los primeros cinco meses del 2008 se restringió la oferta de fondos en el 44,4% respecto de igual período anterior, de acuerdo con el Instituto Argentino de Mercado de Capitales. Muchas compañías pospusieron colocaciones de deuda o capital, convencidas de que no estaban dadas las mejores condiciones. Incluso se contrajeron las captaciones por emisiones de obligaciones negociables (cedieron el 92,6%) y ofertas de nuevas acciones de las grandes empresas (bajaron el 21%).
Desde el gobierno nacional alentarían a los residentes argentinos con fondos fuera del sistema financiero local a que los repatriaran para adquirir empresas o efectuar inversiones específicas, pero no para realizar consumos o inversiones financieras. La medida en estudio podría derivar en un "blanqueo de capitales" para regularizar bienes no justificados y permitiría cumplir con el objetivo de captar inversiones a largo plazo, que representan una recaudación futura por generar ganancias, ocupación e impuestos. Esto formaría parte de un proyecto elaborado por técnicos del BCRA, con participación de los de la Asociación de Bancos de la Argentina (Adeba) y sería complementado con otras iniciativas para mejorar el mercado de capitales y las inversiones.
A fines del 2007, los activos externos del sector privado no financiero alcanzaron los 144.310 millones de dólares, equivalentes a casi la mitad del Producto Bruto Interno (PBI) y un 2,7% más que a fines del 2006. Sólo el 16,4% de esos fondos representaron inversiones directas, es decir 23.667 millones.
Hasta ahora la ley en vigencia obliga a quienes repatrien sus capitales a pagarle al fisco casi el 10%, previa explicación acerca de cómo se originaron. Si ingresaran los 23.000 millones fugados en el 2001 y 2002, en plena crisis, el fisco les perdonaría unos 6.000 millones de pesos, que sería una pérdida menor frente a los beneficios que aportarían las inversiones. Algunos funcionarios comentaron que la falta de recursos para proyectos productivos siguió potenciando la inflación, por una demanda que creció más rápido que la oferta.
MIGUEL ÁNGEL FUKS
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