Las tasas siguen para arriba y la venta de cheques de pago diferido se ha presentado en los últimos meses como una alternativa de financiamiento para las pymes argentinas. Ganar tiempo en el actual contexto económico es clave, teniendo en cuenta los problemas de liquidez existentes. La semana cerró caliente y todo parece apuntar a que -por lo menos en los próximos días- no habrá indicios de que la situación mejore. El conflicto de las retenciones móviles sigue generando incertidumbre en el mercado y la tasa de interés, pese a la presión del Central, se ubica por encima del 25% para las pymes que quieren tomar dinero de corto plazo. Hoy los préstamos de mediano y largo plazos están vedados para este segmento de la economía.
La venta de cheques de pago diferido le permite al beneficiario hacerse de efectivo sin esperar a la fecha del vencimiento mismo. Las personas y las empresas que reciban en pago un cheque a 60 ó 90 días podrán venderlo en el mercado de capitales y cobrarlo de inmediato. Esta operatoria, conocida como "descuento de cheques", se realiza en el mercado de capitales mediante dos sistemas diferentes:
" Patrocinado: la firma libradora del cheque realiza un convenio con la bolsa por medio del cual aquélla se hace responsable de los defectos formales que pudiera tener el documento.
" Avalado: la firma poseedora del cheque de pago diferido puede cotizarlo a través de una SGR (sociedad de garantía recíproca), la que garantiza el pago mediante un aval. La SGR se transforma en principal pagador ante cualquier dificultad de cobro del título garantizado, abonando el monto comprometido dentro de las 48 horas. Los avales son para empresas que no van directamente a la bolsa, porque no la conocen o porque piensan que no califican. Entonces se presentan a una SGR que avala sus cheques. Éstos salen a la bolsa con la especie de la SGR, es decir que el inversor compra un título de la Sociedad de Garantía Recíproca; no sabe quién es el firmante ni quién es el endosante.