Se complica el escenario para las provincias. El enfriamiento de la economía determinaría en el corto plazo una menor transferencia de recursos por coparticipación hacia los distritos del interior, lo que sería sinónimo de una mayor dependencia de los fondos que maneja discrecionalmente la Nación para los gobernadores.
Los datos de mayo ya revelan una fuerte desaceleración. El crecimiento se ubicará en torno del 5%, pero hay dudas sobre si el INDEC intentará meter la mano en los indicadores.
La región no queda al margen de este escenario. De confirmarse esta desaceleración en el segundo semestre del año, los menores recursos por coparticipación para la región podrían alcanzar un piso de 150 millones de pesos.
Sin embargo, las realidades de Río Negro y de Neuquén son totalmente distintas a la hora de evaluar cómo podría incidir en las finanzas públicas provinciales una caída en los niveles de coparticipación.
En este sentido, hay que señalar que las transferencias nacionales por la ley 23548 representan para Neuquén alrededor del 24% de los recursos corrientes totales presupuestados para el 2008. En Río Negro este indicador se eleva al 44%. En principio, esto muestra que un amesetamiento de la economía podría golpear, desde los ingresos, con mucha más fuerza a la administración de Miguel Saiz que a la de Jorge Sapag, teniendo en cuenta la dependencia de los recursos existentes.
Otro dato de importancia que detallan las estadísticas es que las transferencias por coparticipación crecieron en forma sostenida desde la salida de la convertibilidad, llegando en los últimos años a niveles record en cuanto a porcentaje relativo sobre los recursos totales.
Veamos sólo un par de referencias para clarificar este concepto.
En el 2002 el 31% de los ingresos presupuestarios rionegrinos y el 11% de los neuquinos llegaban a través de esta vía de impuestos. Las proyecciones muestran que este año ese valor pasó a representar el 44 (alrededor 1.150 millones de pesos) y el 24% (900 millones de pesos) de los recursos totales respectivamente.
Pero, como señalamos antes, los escenarios que pueden presentar ambas provincias frente a un enfriamiento de la economía son totalmente distintos en función de la conformación de la matriz gastos/ingresos existente en cada una de ellas.
Analicemos, pues, cada uno de los casos.
" Neuquén. Desde la salida de la convertibilidad la estructura del gasto neuquino presentó un firme crecimiento.
La administración de Jorge Sapag mantuvo la misma tendencia pero con una agravante: antes de asumir acordó con las autoridades salientes un aumento salarial generalizado para la administración pública y, a unos meses de llegar al gobierno, al no poder soportar las presiones de los gremios volvió a otorgar otro incremento que desbordó literalmente la estructura del gasto presupuestario, a tal punto que la ministra de Economía de la provincia, Esther Ruiz, señaló que no sabía de dónde iba a sacar los recursos para atender los incrementos acordados.
Sin respuesta oficial, en los pasillos de Hacienda confirmaban que los ingresos para compensar estos desfases iban a llegar de la mano de la renovación de los contratos petroleros y, en menor medida, de una mayor porción de coparticipación que la esperada y una mejora en los niveles de recaudación propia.
Con una economía nacional en dificultades -escenario que muchos analistas aseguran que comenzará a reflejarse en los indicadores del segundo trimestre del año- las expectativas de obtener mayores recursos se verían seriamente limitadas, inclusive con un barril de crudo en los niveles actuales. Muchos economistas adelantan que, con este escenario en puerta, no se alcanzarán las pautas de coparticipación reflejadas en el presupuesto 2008.
Es por ello que Jorge Sapag tomó la decisión de lanzarse a los brazos de la Nación y firmar el "Pacto del bicentenario", con la esperanza de obtener por ello alguna retribución de tipo económico para la provincia. Pero aquí también hay dudas, puesto que ese acuerdo terminó siendo un fracaso ya que, al margen del gobernador neuquino, no hubo mandatarios ni organizaciones de peso que adhirieran a él.
Desde los pasillos de las oficinas de la contadora Ruiz ya se anticipó: "Hay fondos para sueldos hasta agosto. Si no empieza a gotear dinero desde la Nación o de los nuevos contratos petroleros, las cuentas fiscales colapsarán". Un dato no menor si se tiene en cuenta lo que hay que esperar para la segunda parte del año en materia económica.
" Río Negro. Como se señaló anteriormente, la incidencia de la coparticipación en los recursos corrientes es importante: las proyecciones oficiales muestran que representa el 44% de los ingresos.
Una caída en estas transferencias por efecto de un enfriamiento de la economía podría golpear sensiblemente el precario equilibrio que hoy exhiben las cuentas fiscales de la provincia.
Los gastos mantienen una peligrosa pendiente creciente. La administración de Miguel Saiz evalúa que el sector privado podría compensar parte de esta caída tributaria considerando las buenas perspectivas económicas que presentan la fruticultura y el turismo.
Sin embargo no son pocos los que opinan que los recursos que podrían llegar por estas vías serían escasos ya que, de por sí, hoy los tributos provinciales que aportan estas actividades son limitados. Por otro lado, desde Viedma son conscientes de la frágil estructura de poder que presenta la presidenta CFK, por lo que necesita más que nunca del apoyo de los radicales K para dar impulso a su gestión. Y "esto se cobra de alguna forma", apuntó un importante ministro rionegrino al ser consultado por el tema. Es decir: hay expectativas de que lleguen fondos adicionales para sortear una potencial crisis en el segundo semestre, una ayuda que sólo servirá para prolongar la agonía. Mientras, los problemas de fondo de la provincia siguen sin resolverse, con la agravante de la desaceleración económica prevista para la segunda parte del año y las consecuencias que esto podría acarrear en relación con los recursos disponibles.
En definitiva, el enfriamiento de la economía toma por sorpresa a las administraciones de Río Negro y Neuquén, con la desventaja de que sus presupuestos se encuentran en un punto de equilibrio muy precario.
Sería prudente "parar la pelota" (desacelerar los gastos) en vistas de una segunda parte del año complicada en materia de recursos.
LA INFLACIÓN, EL OTRO KARMA
Los gobiernos provinciales de Río Negro y Neuquén no dudan en mencionar la inflación como una aliada para sostener los precarios equilibrios presupuestarios. Los funcionarios señalan que con una inflación superior al 25% anual e ingresos fiscales corriendo tras este indicador, los niveles de masa salarial terminan perdiendo participación en la estructura de gastos totales.
Ésta es una parte de la verdad. Sin embargo, una inflación como la mencionada acaba erosionando todo el sistema productivo y a la larga los ingresos también se ven afectados. Hoy el 60% del crecimiento económico es sostenido por el consumo. Y la inflación terminará por limitar este importante segmento de la economía. Es decir, la inflación es para las provincias "pan para hoy pero hambre para mañana".
JAVIER LOJO
jlojo@rionegro.com.ar