Todas las miradas están puestas en el campo. La negativa del gobierno a eliminar las retenciones móviles volvió a llevar intranquilidad al mercado financiero. Es más, el Banco Central siguió vendiendo dólares (en esta semana se deshizo de otros 500 millones) para sostener la divisa norteamericana.
Lo que se pregunta el mercado es hasta cuándo podrá el Central seguir con esta estrategia.
Es que mientras no entren los dólares de la cosecha de soja que los productores no quieren vender porque especulan con alguna mejora derivada de algún "retoque" en las retenciones, la plaza financiera seguirá seca y esto determinará poca liquidez en el mercado y suba de tasas de interés para conseguir el dinero que ya escasea, tal como ha sucedido en las últimas semanas.
El inversor debe medir en este sentido cuál es el pulso de la reacción del agro.
De continuar con el paro, las exportaciones de granos seguirán complicadas y con ello, la entrada de divisas al país. Hoy el sector agropecuario es el que define el 100% del superávit comercial de la balanza externa. Es decir que los dólares que entran en el mercado dependen pura y exclusivamente de las ventas que realiza el agro en el exterior. El inversor debe intentar adelantarse a los acontecimientos que determinen la evolución del conflicto. En la medida en que éste no evolucione favorablemente, conservar los fondos en plazos fijos sigue siendo una buena opción porque las tasas se mantendrán firmes ante la seca de liquidez. Hoy por 100.000 pesos a 30 días se llegan a pagar tasas del 15% anual.
De existir un arreglo o de ceder el campo en sus pretensiones, la soja que hoy está almacenada saldrá al mercado externo. Las tasas caerían progresivamente, a la espera de la entrada de esos dólares. La alternativa frente a este escenario es orientar la mirada hacia la bolsa, ya que existirá un rebote técnico sobre algunas acciones en respuesta al alivio generado por el acuerdo.
JAVIER LOJO
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