En proyecto de ley de "desarrollo y consolidación del sector autopartista nacional" fue dado a conocer el 20 de mayo pasado por Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Nación, quien ese mismo día lo envió al Congreso.
Si bien está convencida de que en la Argentina "tenemos la calidad de los recursos humanos para hacerlo" y de que están dadas las condiciones para "tornarnos competitivos por innovación y por valor agregado", más allá del significado del "tipo de cambio competitivo", reconoció que existe un "considerable déficit" en la balanza comercial de la actividad.
El proyecto contempla dos esquemas de reintegros decrecientes:
" uno trienal para las compras que efectúen las terminales de plataformas nuevas de autopartes locales, matrices y moldes, del 8% en el primer año, 7% en el segundo y 6% en el tercero y
" otro quinquenal para adquisiciones por las fábricas de vehículos de componentes nacionales destinados a motores y cajas de transmisión, con el 10% en el primer año y de manera decreciente hasta llegar al 6% en el quinto.
Las estimaciones oficiales previeron que en un quinquenio se harían localmente 1,1 millones de automóviles y 500.000 motores, se consolidarían inversiones en toda la cadena y se ocuparía en puestos altamente calificados a 200.000 personas. Por su parte, en un trienio la mayor participación de las partes locales en los vehículos aquí terminados pasaría de estar por debajo del 50% al 70%.
Seguramente se tuvo en cuenta que la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa) ratificó en agosto pasado su plan de 3.500 millones de dólares en inversiones hasta el 2010, aunque calculó que la producción treparía a 1,2 millones de unidades anuales (luego de alcanzar un acumulado record en el 2007 de 544.647).
Según la Asociación de Fábricas Argentinas de Autocomponentes (AFAC), de aprobarse el proyecto "facilitará de manera efectiva la sustitución de piezas importadas, lo cual permitirá que los vehículos que se ensamblen en nuestro país tengan un salto cualitativo en lo que respecta al efecto multiplicador sobre la producción y el empleo".
Existe el propósito de presentar, también al Congreso, un proyecto de "seguro de tasa de interés", a fin de subsidiar en hasta 6 puntos la de los préstamos otorgados por los bancos para inversiones. Incluso se crearía un fideicomiso por 120 millones de pesos, todo esto para reducir el desequilibrio comercial de 4.000 millones de dólares registrado por las autopartes el año pasado.
Los autopartistas facturaron en el 2007 alrededor de 5.448 millones de dólares y destinaron el 65% de su producción a las terminales del país. Captaron inversiones por el record de 1.300 millones de pesos, que superarían en este 2008 -de acuerdo con Rodolfo Achille, presidente de la AFAC, quien comentó la presencia de "nuevos jugadores", entre ellos transformadores de aluminio y plásticos y fabricantes de cajas de cambio y motores-.
En el 2005 había unas 400 fábricas, de las cuales 358 eran pequeñas y medianas, que en el 2007 ocupaban en el ámbito metalúrgico 32.000 trabajadores directos y 58.000 indirectos.
"Los precios del mercado local de autopartes son muy competitivos", opinó Achille, pero dependen mucho de las cotizaciones de los commodities y del impacto de la mano de obra, que supera al que tienen las terminales.
El comercio exterior de autocomponentes metalúrgicos reflejó -entre el 2003 y el 2007- la creciente demanda de las terminales radicadas en la Argentina y Brasil. Mientras las exportaciones locales crecieron un 128% en dólares y un 70% en cantidades (las de cajas de cambio y las de los sistemas de transmisión fueron las más significativas), las importaciones aumentaron un 309,7 y un 176% respectivamente. En este último caso, los sistemas de transmisión, motores y elementos de seguridad representaron el 63% en valores y el 64% en cantidades, observaron en el Grupo Proa, cámara sectorial de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (ADIMRA).
Las exportaciones avanzaron desde el 2006, impulsadas por 227 firmas que las efectuaron a 167 países. El año pasado aportaron 2.144 millones de dólares por operaciones al sudeste asiático, el norte de África y los países árabes, más allá de los esfuerzos desplegados por consolidar la presencia en Brasil, México y otros mercados.
En el primer trimestre del 2008 continuó el impulso creciente de las exportaciones de autopartes metalúrgicas, que superaron los 357 millones de dólares con una suba del 14,1% respecto de igual período anterior. Las importaciones llegaron a 982 millones y mostraron una expansión del 34,3% sobre idéntico lapso del 2007. Como consecuencia, el saldo comercial negativo superó los 625 millones, un 49,5% superior al de enero-marzo del año pasado.
Fernando Fraguío, secretario de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa, avanzó en negociaciones con las autoridades brasileñas para renovar el Pacto Automotor Común (PAC), cuyo vencimiento estaba previsto para el 30 del actual y que, con modificaciones, rige desde 1991. Para dar previsibilidad a las inversiones, el 30 de mayo pasado se anunció un "acuerdo administrado" para el próximo quinquenio y que el comercio bilateral quedará liberado y sin restricciones a partir del 1 de julio de 2013. Hasta entonces, por cada 1,95 dólares que Brasil exporte a la Argentina podrá importar 2,5 desde aquí, lo que en teoría permitiría al país incrementar sus ventas al vecino. Debe tenerse en cuenta que Brasil es el quinto fabricante mundial de automotores y adquiere autopartes en el exterior por unos 10.000 millones de dólares al año, monto del cual sólo el 12% corresponde a las compras aquí efectuadas.
En la Secretaría de Industria, Comercio y de la Pequeña y Mediana Empresa suponen que el nuevo régimen generaría condiciones propicias para iniciar gestiones a fin de sumar a Paraguay y Uruguay a un acuerdo automotor del Mercosur.
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