Pareciera que el gobierno nacional no tiene por qué preocuparse por la evolución que muestran sus ingresos: crecieron un 48% en el primer cuatrimestre. En relación con el grado de importancia de los aportantes al incremento nominal descripto, un reciente estudio de Fundación Mediterránea (ver informe completo en la versión on-line del Suplemento Económico www. rionegro.com.ar) detalla que de cada 100 pesos que aumentó la recaudación total, 28 los aportó el IVA neto; 24, los derechos de exportación; 16, la seguridad social y 14, el Impuesto a las Ganancias, entre los más relevantes.
Relacionando la recaudación/PBI nominal para el primer cuatrimestre del año se aprecia que se ubicó en un nivel próximo al 26%. Dado que se había tenido una relación del 21% en el 2006 y otra del 23% en el 2007, se concluye que este año la presión tributaria está en sus máximos.
El gasto público primario -destaca el informe- marca un crecimiento del 38% respecto de igual período del 2007. El ratio gasto/PBI se habría ubicado en consecuencia en 24,1%. Siendo que fue del 22,4% en el 2007 y del 19,7% en el 2006, se aprecia que también la tendencia siguió siendo ascendente. Es importante evaluar la marcha de los distintos componentes, ya que hay gastos que automáticamente crecen cuando lo hacen los ingresos y otros que son independientes.
Con estos datos, la realidad estaría señalando un nivel de ahorro primario del 3,8% del PBI, el cual marca un claro aumento respecto del año pasado, cuando fue del 2,8%. Del análisis de las estadísticas oficiales se extrae que el aumento del ahorro está directamente relacionado con el incremento de la presión tributaria. Desde un punto de vista intertemporal (largo plazo) se torna vital la sostenibilidad del superávit fiscal como muestra de capacidad de pago propia de los vencimientos de deuda que el país debe afrontar hacia adelante. Por lo que se puede observar, la responsabilidad de alcanzar tal objetivo hasta ahora viene cayendo sobre los niveles de presión tributaria.
Sin haberse analizado la evolución de los componentes del gasto, resulta claro que deberían empezar a considerarse acciones conjuntas (que incidan tanto en los ingresos como en el gasto) en pos de sostener los niveles de ahorro, uno de los objetivos centrales de la política fiscal argentina. En este sentido el gobierno debería comenzar a trabajar sobre la calidad del gasto y los recursos para sustentar este escenario.
(Redacción Central)