Los préstamos otorgados en la Argentina al sector privado representarían el 13,5% del Producto Bruto Interno (PBI), en lo que sería la participación más baja de América Latina donde, por ejemplo en Brasil, alcanzarían el 40% y en Chile, el 80%. No sorprendió entonces la reciente exhortación de Cristina Fernández de Kirchner, presidenta de la Nación, para que los bancos financiaran más la economía real.
Los créditos destinados a las empresas -es decir, a la producción- equivaldrían al 6% del PBI y, aunque crecieron a un promedio del 2,7% mensual en los últimos dos años, debe tenerse en cuenta que en idéntico lapso los comerciales habrían aumentado al 2,1% y los personales, al 4%. Los préstamos hipotecarios y prendarios acompañaron esa evolución y en sus dos terceras partes fueron tomados por familias.
Los contratos de leasing acordados por las entidades que se encuentran en la órbita del Banco Central se acercaron por primera vez a los 1.100 millones de dólares en el 2007.
Hasta el 2003 representaron del 1,2 al 1,5% del total de los préstamos al sector privado, pero se incrementaron desde el 2005 hasta el 3,4%. Si bien esto más que duplicó su participación en cuatro años, corresponde recordar que en el mundo el leasing ya movilizó unos 511.000 millones de dólares anuales y que en Estados Unidos el 31% de las inversiones totales se financió de esa manera, mientras en América Latina los casos más significativos fueron los de Chile -con el 10%- y Brasil y México -con alrededor del 4% en cada caso-.
Lo ocurrido el año pasado con el leasing en el país fue atribuido a las subas de la economía y de las inversiones y a que es una herramienta que se está usando cada vez más.
En The Capita Corporation observaron que eso sucede en grandes empresas con plataformas tecnológicas importantes y equipos que se vuelven obsoletos por la celeridad de los cambios y en las pymes que trabajan cerca del límite de su capacidad productiva y necesitan incorporar equipamiento.
La crisis de las hipotecas en Estados Unidos repercutió localmente en la evolución de las operaciones de leasing, sobre todo entre setiembre y octubre, que son los meses del año en que más se concretan.
Como los precios y las tasas aumentaron, disminuyó el volumen de los contratos previstos, aunque de cualquier manera en el 2007 se firmó un 20% más que en el 2006 y el stock de la cartera de leasing se aproximó a los 1.100 millones de dólares, en el 75% captado por pymes.
Para el Banco Central, el stock de bienes en locación financiera que poseían las entidades en noviembre pasado ascendía a 3.431 millones de pesos, pero esa suma no incluía lo descargado por los bancos en el mercado al armar fideicomisos con esos contratos ni tomaba en cuenta a los oferentes no bancarios o proveedores que lo hacían.
De los 85 bancos que operaban localmente, sólo doce absorbían casi el 90% del mercado, aunque con variantes, ya que algunos lo hacían a través de compañías vinculadas, como Nación Leasing o Provincia Leasing.
En los primeros puestos del ranking figuraban el Banco Galicia, con 353,4 millones de pesos; el HSBC, 352,6 millones y el Comafi, con 351,1 millones; entre los tres captaban la tercera parte de las operaciones.
Entonces el incremento de la producción agropecuaria -cuando nadie imaginaba la situación que se plantearía este año- motivó más compras de maquinaria y de silos, en tanto las empresas logísticas adquirieron más vehículos de carga.
Las operaciones continuarían en ascenso y hubo quienes estimaron que treparían al 40%, sobre todo por los requerimientos de la industria y las empresas de servicios. Y si bien ciertos especialistas coincidieron en que las normas legales y fiscales vigentes favorecen el desarrollo del leasing, el gobierno nacional no lo incluyó entre sus préstamos subsidiados, más allá de los ofrecidos por la Subsecretaria de la Pequeña y Mediana Empresa y el Desarrollo Regional (Sepyme).
La ley 25.248 de leasing fue aprobada por el Congreso de la Nación en junio del 2000) y reemplazó la 24.441. Definió que en el contrato el dador conviene en transferir al tomador la tenencia de un bien cierto y determinado para su uso y goce contra el pago de un canon y le confiere una opción de compra por un precio.
Permitió también el acceso a bienes muebles e inmuebles y otros activos en condiciones crediticias más convenientes y procuró terminar con inseguridades jurídicas y desventajas fiscales.
El leasing es un sistema de financiamiento mediante el cual una empresa arrendadora, o cualquiera autorizada, compra para su cliente y a su pedido una maquinaria o activo predeterminado a cambio de un compromiso de pago en cuotas periódicas. Estos pagos se fijan en determinados plazos, a cuyo término la arrendadora recupera su inversión con una utilidad adicional. Al concluir el período del leasing, la arrendataria tiene tres opciones:
" adquirir el equipo arrendado por su valor residual, contenido al inicio del contrato;
" devolver el equipo arrendado o
" renovar el contrato por un período adicional.
TIPOS DE LEASING
Existen dos:
" Operativo. Se da como un contrato de servicios y se aplica sobre bienes que tienen alta demanda, motivo por el cual se pueden volver a arrendar con facilidad. Vehículos y maquinarias son los bienes preferidos en estos contratos, usualmente ligados a servicios adicionales, así como el mantenimiento, la reparación de los activos fijos y la asistencia técnica. Así, el pago del leasing incluye el uso del bien y la prestación de estos servicios. La mayoría de las veces el contrato es suscrito por un tiempo menor a la vida útil del bien que no permite recuperar el costo total.
" Financiero. Cuando el usuario requiere un determinado bien o equipo, puede solicitar a una entidad financiera o empresa especializada en leasing que lo adquiera y se lo arriende. Además, los contratos de leasing reservan al usuario una opción de comprar al finalizar el arriendo, contra el pago del valor residual. En la práctica es una forma más de financiamiento, a la que se recurre en reemplazo de otros métodos para obtener el uso del bien. Su diferencia con el operativo es que el arrendatario no puede cancelar el contrato mediante aviso previo.
POCAS OPERACIONES
No son muchas las operaciones de leasing inmobiliario concretadas. El Banco de la Provincia de Buenos Aires expandió sus negocios y aprobó la creación de Provincia Leasing el 18 de noviembre de 1996 para colocar su cartera de propiedades, conformada por unas 800 unidades que formaban parte de su patrimonio, y por algunas de las 3.000 construidas por empresas privadas y que había financiado. Intentó utilizar el leasing para "limpiar" el balance de créditos previsionados (que figuraban como pérdidas). El titular de Gerenciar, la empresa que además de Provincia Leasing administraba las compañías de seguros del banco, era Alberto Fernández, actual jefe de Gabinete.
Con la presencia del entonces presidente Néstor Kirchner, su esposa Cristina Fernández e integrantes del gabinete nacional y del Banco Central, el 16 de agosto de 2006 se anunció una línea de crédito para que los inquilinos accedieran a las viviendas que habitaban, que no alcanzó siquiera aproximadamente los resultados esperados. Entonces Felisa Miceli era ministra de Economía y Producción y explicó que los préstamos serían por el total cuando las mismas tuvieran un valor de hasta 200.000 pesos y por el 90% si se cotizaban a no más de 300.000. Los requisitos serían "blandos" y la preadjudicación se haría contra la presentación de recibos de alquileres pagados de los últimos ocho meses. La devolución podría hacerse a 30 años, con una tasa de interés del orden del 10% anual y subsidio estatal. Simultáneamente, trascendió que el gobierno estudiaba la alternativa del leasing para los inquilinos que cumplieran con los pagos en tiempo y forma.
En el reciente Salón Inmobiliario de Madrid, el Banco Galicia destacó las ventajas del leasing inmobiliario para la compra de inmuebles o la construcción o ampliación de plantas industriales.
Para obras nuevas -en su mayoría destinadas a oficinas, locales comerciales, centros logísticos, hoteles y fábricas- previó plazos de hasta 121 meses.
Entre los ejemplos que mencionó figuraron el nuevo centro de distribución de Frávega, con más de 20.000 metros cuadrados en un predio de 24 hectáreas, en el sur del Gran Buenos Aires, y la fábrica de cables para electricidad de Epuyen en la también bonaerense Castelar.
Una de las operaciones inmobiliarias más importantes fue acordada por el BBVA Banco Francés con Unilever para construir un edificio de oficinas en la zona norte del conourbano bonaerense. Fue pactada a 12 años de plazo y la edificación se hará en los dos primeros, aceptando el banco no comenzar a cobrar el canon hasta que finalicen las obras.
MIGUEL ÁNGEL FUKS
Especial para "Río Negro"