El sector vitivinícola experimentó un fuerte crecimiento en los últimos 13 años. En nuestra región, Bodegas Humberto Canale -con un liderazgo de casi 100 años de trayectoria- es uno de los protagonistas de este desarrollo. El ingeniero Guillermo Barzi Canale, presidente de la empresa, expuso a "Río Negro Económico" su visión sobre la realidad y las perspectivas del sector.
-¿Cómo describiría la evolución de los vinos argentinos en los últimos años?
-La Argentina vitivinícola ha cambiado mucho a partir de mediados de los '90. Se generaron fuertes inversiones en el sector y hubo un cambio de mentalidad con respecto al tipo de producto para los diferentes mercados, especialmente los del exterior.
-¿Cómo se reflejó en las exportaciones?
-En 1993 las exportaciones no llegaban a los 5 millones de dólares; el año pasado superamos los 600.
-¿En el mercado internacional se diferencian los vinos patagónicos respecto de los de otras regiones del país?
-Fuimos de los pioneros en exportar integrando un grupo de siete empresas argentinas, en 1972; éramos la única patagónica. Cada uno hablaba mucho de su región, influenciado por la vitivinicultura del Viejo Mundo. Los hechos nos llevaron a hablar de la Argentina en el mercado mundial, definiendo un proyecto común. Hoy somos más de 130 las bodegas que exportamos. Coincidimos en que primero hay que promover la Argentina y después las zonas
vitivinícolas.
-¿Cuánto invirtió el sector?
-Terminamos los años noventa con una inversión en tecnología y conocimientos muy fuerte, de unos 1.500 millones de dólares.
-¿Qué mercados son más atractivos?
-El más importante es el norteamericano; luego el inglés, Canadá y Brasil. Son países cuyas monedas se han revaluado con respecto al dólar. Eso significó que allí la Argentina esté competitiva.
-Asia se menciona como una zona con demanda creciente...
-Sí, nosotros como empresa no le ponemos el foco porque somos medianos y los movimientos a Asia tienen costos importantes; hay mercados más cercanos con fuerte crecimiento y a los que estamos apuntando.
-¿Por ejemplo?
-Estados Unidos, Canadá y Centro y Latinoamérica. Buenos Aires es un centro de dispersión cultural y el vino es parte de esto, con los wine-bars, restaurantes con cartas especializadas, revistas, programas de tevé... esto hace que el público se eduque y se culturice con el vino. Con este cambio tecnológico y de mentalidad cada vez cuesta más encontrar un vino regular.
-Es lo que sostiene Michel Roland, el enólogo Nº 1 del mundo...
-Sí, el producto satisface mucho al consumidor. A ello hay que sumarle el marketing, el posicionamiento del producto y las herramientas de comercialización.
-¿Cómo se explican casi 100 años de trayectoria?
-A partir de una decisión estratégica definida por mi tío
abuelo en 1909, cuando empezaron y asumieron que el producto a elaborar debía ser de alta calidad. Cuando analizo la trayectoria, el desarrollo y la presencia en mercados de alta competencia, los atribuyo a la elaboración de buenos productos y precios accesibles, con una calidad mejor que ese precio.
-Desde el contexto político-económico, ¿cómo se podría mejorar la competitividad del sector vitivinícola?
-En el seno de "Vinos de Argentina", la entidad que creamos para promover las exportaciones, consideramos clave trabajar en las relaciones internacionales y en acuerdos bilaterales. En los últimos años la Argentina ha perdido participación en ese esquema. Los países competidores, tanto Australia como Chile, nos llevan amplias ventajas. Si bien el país es competitivo, en ese marco internacional nos faltan muchos deberes por hacer. Hay que generar acuerdos comerciales que signifiquen una mayor tranquilidad para el horizonte futuro.
-¿Qué otras variables generan preocupación?
-Hay algunas señales de alarma. Los costos han crecido y el dólar se ha mantenido: el tipo de cambio real se vino abajo.
-¿Cuál es el horizonte de crecimiento para el sector?
-Cuando se diseñó el plan estratégico vitivinícola, la decisión fue crecer entre el 15 y el 20%; creo que nos quedamos cortos, Argentina vino creciendo así. Es también nuestro caso particular. En el Valle hay oportunidades superinteresantes para desarrollar este tipo de productos.
PERFIL
Guillermo Barzi tiene 65 años. Ingeniero agrónomo, es presidente de Humberto Canale desde hace más de 40 años. Nació en Buenos Aires y en 1965, recién recibido, “emigró” a Río Negro. Se declara un enamorado de la Patagonia y de su trabajo.
Sus lecturas se orientan a diarios e información técnica y económica. Fue jugador de rugby y practica tenis y esquí. La pesca le sirve para distraerse y alejarse de los problemas cotidianos.