El gobierno insiste en un discurso político que lejos está de la realidad económica. El matrimonio K salió esta semana a aclarar que "no se va a enfriar la economía". En los hechos, ésta ya está ingresando en una meseta de crecimiento real y por lo tanto se halla en un proceso natural de enfriamiento.
La falta de inversiones durante los últimos cinco años ha derivado en que las industrias estén trabajando con su máxima capacidad instalada, por lo que la oferta no puede crecer. La demanda, por su parte, continúa presionando en el mercado, lo que genera un proceso inflacionario que corroe los ingresos de las personas con menos recursos. Con una inflación proyectada para este año en el orden del 25% anual, ingresarán en la línea de pobreza otros tres millones de argentinos, pese a que la economía muestre tasas de crecimiento superiores al 8% anual como lo ha hecho en los últimos cinco años.
El estudio, elaborado por la Universidad Católica Argentina y liderado por Ernesto O'Connor, señala que en el 2007, por efecto de la inflación, ingresaron 1,3 millones de pobres al sistema. La pregunta, entonces, es: ¿para qué sirve crecer a tasas del 9% anual si seguimos fabricando pobres en el país? Lo razonable sería buscar un equilibrio entre crecimiento e inflación para proteger a la parte de la sociedad que más expuesta está a este indicador.
El cálculo de los hogares y personas bajo la línea de pobreza se elabora a base de datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) en 31 aglomerados urbanos del país. Para calcular la incidencia de la pobreza se analiza la proporción de hogares cuyo ingreso no supera el valor de la Canasta Básica Total (CBT). Se considera pobre a toda persona que viva en un hogar pobre. La CBT en el aglomerado de GBA para un hogar tipo (padre y madre adultos de entre 30 y 59 años, un hijo de 4 a 6 años y otro de 7 a 9 años) registró en febrero un valor de $ 970,85.
Por causas más que obvias, el INDEC no ha vuelto a medir la pobreza desde el primer semestre del 2007 -cabe resaltar que ambas canastas se miden con los precios del IPC-.
Según estimaciones de la Sociedad de Estudios Laborales (SEL), en el segundo semestre del 2007 la incidencia de la pobreza en la población fue del 30,3%, con 10,8 millones de personas; de ellos 3,5 millones (10%) serían indigentes. ¿Qué es preferible, entonces, crecer al 9% con una inflación del 30% anual o hacerlo al 5%, con una inflación de un dígito? (Redacción Central)