Los precios de las materias primas continúan su tendencia creciente.
La incertidumbre domina la economía del globo.
El mundo asiste a una nueva etapa inflacionaria y la Argentina no permanece ajena a este esquema.
Un reciente estudio elaborado por el Departamento de Economía de la Universidad Católica Argentina (UCA) destaca que desde el 2002 los precios de los commodities agrícolas y minerales no cesan de crecer, en parte, por el influjo de la demanda china y un clima de crecimiento en Asia Pacífico, que incluye India.
Sin embargo, el estudio aclara que más allá del boom chino e indio y el tema de los biocombustibles, que provocan una presión de demanda generando agflation (inflación originada en la agricultura), los mercados financieros juegan un rol negativo en este escenario a través de la conformación de burbujas especulativas innecesarias.
No son pocos los analistas que se arriesgan a señalar que a la crisis de las hipotecas puede suceder la de los precios de las materias primas.
Con la abrupta baja de la tasa de interés en Estados Unidos, proceso que tuvo su inicio el año pasado, se fue devaluando la moneda norteamericana y los operadores de
los mercados financieros se desprendieron de dólares y se resguardaron transitoriamente en otros activos para sobrellevar la coyuntura. ¿Cuáles fueron algunos de esos otros activos? Futuros de materias primas que impulsaron los precios de los commodities, con lo cual se realimenta la agflation.
Así, por ejemplo, con la soja se ha ganado hasta un 30% anual en dólares entre abril y enero, por especulación en los mercados de capitales desarrollados. El trigo lo hizo a una tasa del 40% y el petróleo, del 35%, por dar algunos ejemplos.
Con este escenario queda claro que la crisis económica de Estados Unidos está repercutiendo en el mundo de una manera poco tradicional.
Todos esperaban que el golpe -producto del ajuste de la economía norteamericana- afectara, como históricamente lo ha hecho, los activos financieros. Pero está golpeando ahora en otro segmento de la economía mundial, el de los alimentos. La infografía de pie de página muestra la sucesión de burbujas, de la inmobiliaria a la de commodities entre el 2007 y la actualidad.
Resulta evidente que las grandes inversiones están volcadas hoy un segmento importante de los commodities, lo que genera una espiral alcista de precios. Para muchos especialistas, el 35% del precio de estos productos es sostenido por el mercado especulativo.
¿CUÁL ES EL TECHO?
El estudio de la UCA señala que si Estados Unidos se recuperara o la Fed subiera la tasa de referencia se fortalecería el dólar, los inversores volverían a esa moneda y los precios de las materias primas podrían volver a caer.
Pero ¿hasta dónde? No se espera que hasta los niveles de los '90, pero sí lejos de los máximos del 2008, que tienen más "color" a especulación de futuros que a peso de la demanda china.
Algunos economistas son algo pesimistas y señalan que esta espiral de precios sufrirá un reacomodamiento a la baja entre un piso del 20 y un techo del 40%, dependiendo de que las variables macro de Estados Unidos se estabilicen.
El trabajo de la UCA resalta en uno de sus pasajes que la teoría del "desacople"-según la cual los emergentes reemplazarían en parte la economía de Estados Unidos y Europa como locomotoras del crecimiento- parece por el momento insuficiente, si bien en la medida en que China lograra (o quiera) hacer despegar su mercado interno podría cobrar alguna posibilidad real.
Por lo pronto, remarca el estudio en cuestión, la incertidumbre domina y el mundo intenta instrumentar políticas contra este nuevo ciclo inflacionario.
LA ARGENTINA
Como se comentó, la Argentina no está fuera de este esquema y a la inflación "importada" hay que sumarle las expectativas internas de precios, que están generando tensiones en el modelo. Lamentablemente las políticas públicas locales no están alineadas contra la inflación.
Con esta evolución de precios, la desaceleración de la economía es inevitable, sobre todo en segmentos como la inversión y el consumo. ¿Qué puede pasar ante esta desaceleración? El estudio universitario arroja tres posibles escenarios para la política económica:
1) Una devaluación gradual pero sostenida que licúe el gasto público y vuelva a sostener en ciertos sectores económicos fundamentales de este modelo la competitividad cambiaria. Esto generaría una carrera inflacionaria adicional a la actual, con un passing through automático.
2) Un cambio "light" del modelo: desaceleración tenue del gasto primario nacional, suba de tasas (pero negativas en términos reales, caso contrario deberían ser del orden del 25-30% anual) y leve suba de algunas tarifas y de los combustibles. No soluciona el problema inflacionario de fondo.
3) Un cambio de modelo, con un plan de estabilización que "enfríe" la economía: fuerte recorte de gasto público, suba de tasas de interés para frenar la inflación y sinceramiento de tarifas (lo que generará "nueva" inflación pero quizá más inversión).
Si no se detiene una inflación del orden del 30% anual, las variables nominales ya habrán dominado las reales y la economía se estará "enfriando" por sus propias fuerzas, independientemente de las mediciones del IPC.
El desafío sería entonces coordinar expectativas antiinflacionarias y sectoriales a partir de adecuadas políticas monetarias, fiscales y de ingresos, para evitar un sendero divergente en materia de precios, de actividad y de consenso social. Esto, en el caso de que no se provoque una caída de precios internacionales de consideración, lo que potenciará los desafíos. (Redacción Central)