Los nuevos datos suministrados por el INDEC ya no son tenidos en cuenta entre los grandes operadores y consultoras.
En medio de una crisis de estadísticas, se multiplican los indicadores privados. Todos ellos arrojan valores muy superiores a los que informó el organismo esta semana.
Las principales consultoras nacionales estiman que la inflación nacional, tomando en cuenta una proyección según el consolidado del primer trimestre del año, será cercana al 30%.
El dato es preocupante, teniendo en cuenta la inercia que ha mostrado la inflación en los últimos meses y el poco margen que tiene el programa económico para ajustar los desequilibrios del mercado vía precios.
Desde la consultora Ecolatina adelantaron que el índice de precios, anualizado y tomando el primer trimestre del año como referente, se ubicaría en todo el 2008 en el 30%. El analista Carlos Melconian, titular de la Consultora M&S, aseguró que este valor podría llegar al 27%, aunque aclaró que todavía hay mucho por recorrer en los casi nueve meses que faltan.
Se espera que la canasta de alimentos supere el 40%. En el trimestre, las mediciones privadas la ubican por encima del 15%, producto de la falta de oferta generada por el paro agropecuario y de la profundización de las distorsiones a que dan lugar los precios máximos impuestos desde el gobierno.
Según los especialistas, el país está entrando en un cuadro de inflación inercial, en el que se observa un creciente deterioro de este indicador. Esto comenzó a observarse a fines del 2005 y ahora es mucho más marcado, si se tiene en cuenta la evolución que muestran los precios de los productos en las góndolas.
Por otra parte, ya está instalado en el inconsciente colectivo el problema de la inflación, lo que genera un proceso de remarcación en muchos casos no justificable. "La expectativa de precios en una sociedad es un factor esencial a la hora de evaluar las variables que llevan a una economía a tener inercia inflacionaria", señala uno de los informes de Ecolatina.
Pero desde el gobierno continúan negando que exista inflación en el país. Todo se centra en una pelea de poder que hoy está acotada a las discusiones del ministro Lousteau con el secretario de Comercio, Guillermo Moreno.
En la medida en que el gobierno no vea el problema de la inflación como algo de suma importancia, no hay posibilidades de hacer un diagnóstico para corregir el programa económico. Y, sin diagnóstico, nada se puede hacer.
Continuar con medidas de control de precios en la economía sólo generará mayores distorsiones. El tiempo será el que defina cuándo el mercado deberá ajustar sus desequilibrios.
(Redacción Central)