Al analizar la confianza en el programa económico de un país, lo primero que cualquier inversor pregunta es si hay crédito de largo plazo y, lo segundo, qué tasas se pagan por él.
Conclusión: las respuestas a ambas preguntas indican que la Argentina está en problemas. Es que los pocos créditos de largo plazo tienden a desaparecer y, en este escenario, los hipotecarios son de los más afectados.
Las estadísticas del Banco Central correspondientes al primer bimestre revelan que los créditos que más aumentaron fueron los personales, que subieron un 8% desde fines del 2007. En cambio, cuando se trata de financiar la compra de bienes durables -como una casa o un auto- se observa que el volumen de créditos colocados creció a un ritmo mucho menor: los préstamos hipotecarios apenas aumentaron un 4% en los dos primeros meses del año, cuando en el 2007 habían subido un 41%.
Pero no sólo las estadísticas generan preocupación: el accionar del gobierno en materia crediticia desestimula la puesta en marcha de créditos de largo plazo.
La entidad conducida por Mercedes Marcó del Pont subió un punto la tasa de interés y redujo el plazo de 30 a 10 años, con los cuatro primeros a tasa fija. En este esquema, el Banco de la Nación reformuló las condiciones de la línea hipotecaria limitándola para destinar fondos hacia otros segmentos.
La duración de la actual crisis financiera internacional, el aumento de la inflación y el escaso fondeo a largo plazo disponible en el mercado hacen que los bancos parezcan cada vez menos interesados en otorgar préstamos para comprar inmuebles.
Como contrapartida, las tasas continúan su tendencia alcista, lo que desalienta a quienes piensan en solicitar un préstamo con garantía hipotecaria.
La mayoría de las entidades hoy ya no tiene disponibles créditos en pesos y tasas fijas a un plazo mayor de 5 años. Sólo el Ciudad y el Hipotecario disponen de créditos a 10 años a tasa fija. El
Santander Río tiene préstamos a 5 años con tasa fija o a 10 o más años con tasa combinada (algunos años fija y luego, variable).
Un reciente informe elaborado por iEco de "Clarín" detalla que, además, las tasas fijas subieron de manera sustancial: aquella a 10 años del Hipotecario está en 17,25%, pero con seguros y gastos administrativos -lo que se conoce como "costo financiero total"- llega al 22,12% anual, lo que muestra que la suba de tasas llegó a un 60% en poco más de 12 meses. En el Ciudad, por un crédito a 10 años se cobra una tasa del 15,9% y en el CFT, de un 20,70%. La suba aquí fue del 70% en el período mencionado. Es que la crisis financiera mundial está durando más de lo previsto y muchos bancos se cubren ajustando hacia arriba las tasas o pidiendo más requisitos a los clientes.
En el Banco Provincia de Buenos Aires (Bapro) sólo se ofrecen créditos a tasa variable. Un préstamo a 10 años tiene un CFT del 16,12%, aunque si se es cliente del banco se consigue una tasa especial del 11,5%. "Las tasas se han ajustado en función de las variaciones que ha tenido el mercado", dijeron en la entidad.
Lo cierto es que los bancos están cada vez menos interesados en otorgar préstamos hipotecarios. Y eso, en un país en crisis habitacional, es un problema.
(Redacción Central)