BUENOS AIRES.- En diferentes oportunidades la Federación Argentina de Industrias Textiles demostró que los aumentos de precios del sector eran inferiores a los del nivel general y otro tanto sucedía con los de la indumentaria. No obstante, afrontó amenazas de funcionarios de que facilitarían las importaciones para controlar los precios al consumidor, aunque eso pudiera afectar a la fabricación nacional.
"Nuestro sector acompañó esta etapa de expansión sin descuidar el mercado interno, al que abasteció con variedad en diseños, calidades, cantidades y precios", destacó José Ignacio de Mendiguren. Argumentó, por otra parte, que mantuvo "una actitud responsable respecto del traslado de los costos, fácilmente verificable".
De Mendiguren, ex ministro de Producción durante la presidencia de Eduardo Duhalde, consideró que "siguió afianzándose, además, el proceso de identidad de la indumentaria argentina, basado en diseño, calidad y moda, con respuesta muy positiva de los turistas extranjeros que nos visitan y la simultánea inserción de marcas nacionales en los mercados más exigentes del mundo". De cualquier manera, advirtió que "el escenario internacional -perturbado por el efecto de China y de otros países asiáticos- muestra cómo las economías desarrolladas apelan a todos los recursos legales en defensa de sus producciones".
Desde la CIAI proclaman la defensa de los legítimos intereses de las pequeñas y medianas firmas (pymes), combatiendo toda forma de competencia desleal y reclamando políticas estatales que alienten las inversiones, con acceso al crédito, y normas laborales que permitan una competitividad adecuada.
La "destrucción" del sector durante la década pasada fue evocada por la Fundación Pro Tejer (FPT), que preside Aldo Karagozian, y atribuida al "desconocimiento que existe de quiénes somos" y a la "falta de preparación de una argumentación seria, constructiva y, si fuera necesario, combativa". Efectuó monitoreos permanentes de las importaciones para analizarlas y en los casos en que pudieran afectar la actividad acudieron al gobierno y a los medios de comunicación para "defender lo nuestro a partir de los instrumentos de protección que se aplican internacionalmente".
Las cámaras Argentina de la Industria del Sweater (CAIS) y Textil de Mar del Plata y la fábrica Mauro Sergio elevaron a la Secretaría de Comercio Interior -el 3 del actual- una lista de precios de 144 productos definidos como "básicos", con alzas de hasta el 10% respecto de los del invierno pasado. Los mantendrán hasta finalizar el de este año, con la aclaración de que ascenderán al 15% si se toman en cuenta las prendas "de moda".
El aumento se atribuyó a las subas de los salarios -del 19%-, que es un ítem que representa casi la mitad del costo total; los hilados (aquellos sintéticos por su procedencia guardan relación con la cotización del petróleo), y la electricidad.
Preocupa la falta de mano de obra calificada (ver aparte), consecuencia de lo sucedido en los '90 del siglo pasado, cuando se perdieron puestos de trabajo como consecuencia de las importaciones. Con más de una década de trayectoria, el Programa de formación profesional Crecer de la Federación Argentina de la Industria de la Indumentaria y Afines (FAIIA) fomenta la capacitación continua, la recalificación y el reentrenamiento en diseño, moldería, productos, calidad, recursos humanos, marketing y management y responsabilidad social. Sus recursos surgen de un fondo de capacitación conformado con aportes empresarios. Asimismo, la FAIIA concretó acuerdos con los Centros de Estudios Técnicos para la Industria de la Confección (CETIC) y de Textiles del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) y las universidades de Buenos Aires y de Belgrano. Por otra parte, "Crecer" participa en el Programa "Más y mejor trabajo" del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social.