BUENOS AIRES.- La bonanza que se venía dando durante los últimos años en los mercados financieros comenzó a mostrar fuertes signos de debilidad sobre el fin del 2007.
Así lo detalla un reciente informe elaborado por la consultora internacional Deloitte & Touche Corporate Finance en el que se señala que los ojos están puestos en la economía norteamericana y los economistas comienzan a barajar nuevamente la posibilidad de que Estados Unidos entre en recesión. Para el sector financiero empezó en diciembre, mientras que los empresarios aún se mantienen optimistas de cara al futuro. El resultado final es muy importante para los mercados por la influencia comercial que tiene el país del Norte en el resto del mundo.
La curva de rendimientos en Estados Unidos aún refleja una leve pendiente positiva, ya que el escenario más probable a futuro podría ser el de una desaceleración de la economía. Sin embargo, hay que destacar que la reacción de largo es menor a las expectativas de corto plazo y por eso todavía la curva sigue quebrada. Esto es negativo para durations bajas y positivo para las largas.
La pregunta es qué hay detrás de ese cambio de pendiente. La respuesta es: la inflación, los precios de los commodities y la presión de costos que ellos producen para las empresas y la economía en general.
El informe destaca que el 2008 va a ser fácil ya que lo que el mercado estima es una desaceleración de la economía mundial, liderada por la norteamericana. Sobre la mesa aparecen diversos escenarios macroeconómicos para Estados Unidos: soft-landing (el preferido por todos), recesión o estanflación.
Por este motivo, la incertidumbre en los mercados globales podría mantenerse en el primer semestre del 2008. Con ello los costos financieros podrían seguir creciendo, pero la selectividad a la hora de invertir continuará favoreciendo a aquellos con buenos fundamentals. Un ejemplo de ello son las emisiones realizadas por el gobierno mexicano y por la empresa estatal Petrobras, que pagaron menores tasas a comienzos de este año.
Apenas pasa un día sin que se hable de la posibilidad de que la FED baje la tasa de interés y de la repercusión que esto tendría en la economía. De hecho, la elección de los agentes económicos respecto de sus tenencias de activos financieros repercute de manera importante en la economía real, puesto que es la fuente de financiamiento no sólo a nivel corporativo sino también soberano.
En caso de confirmarse un escenario de soft-landing en Estados Unidos, la baja de tasas internacionales favorecerá el ingreso de capitales al país.
De esta manera el aumento de la liquidez reduciría las tasas de interés, favoreciendo el mercado de emisiones de deuda local.