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Domingo 13 de Enero de 2008
 
 
 
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  DE ACUERDO CON UN SONDEO DE IDESA
  Menos mujeres en el mercado laboral

Por otro lado, el aumento total de empleos fue de 11.000 puestos. Su participación cayó del 45 al 44% en un año, según el INDEC.

 
 

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Aunque se refieren sólo al interior del país, los últimos datos difundidos por el INDEC sugieren que se mantiene la reducción de la tasa de desempleo y de la incidencia del empleo no registrado. Este fenómeno es positivo, pero su tendencia sugiere que no es suficiente para que la Argentina solucione los graves problemas laborales acumulados. Esto enfatiza la importancia estratégica de articular una política laboral menos divorciada de las necesidades y realidades de la producción, especialmente de las pequeñas empresas del interior del país.

El empleo no registrado fue calculado por el INDEC para el tercer trimestre del 2007 en el 40,9% del trabajo asalariado total. Este dato se refiere sólo al interior del país, dado que el INDEC no logró relevar los hogares de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires. De la comparación de los mismos aglomerados con respecto a idéntico período del año anterior surge que la informalidad disminuyó en 2,6 puntos porcentuales. En igual sentido y con la misma limitación, el INDEC reportó que el desempleo se redujo desde el 8,4 al 7,3%.

Aunque se trata de información muy parcial, los datos permiten aproximar las tendencias prevalecientes en la dinámica laboral. Así, entre el tercer trimestre del 2006 y el mismo período del 2007 se observa que en los 27 grandes aglomerados del interior del país se han producido estos movimientos:

" la caída en la desocupación implica que hay 67.000 desempleados menos,

" se crearon 102.000 empleos asalariados registrados más y

" se destruyeron 98.000 empleos asalariados no registrados.

En un contexto de fuerte recuperación de la actividad económica es clara la mejora en los indicadores laborales. Cae el desempleo, aumenta el empleo asalariado registrado y disminuye el asalariado no registrado. Sin embargo, un análisis más detallado sugiere que los problemas laborales están lejos de haber sido superados. Más aún, teniendo en cuenta la velocidad y la base de sustentación de los cambios, se puede prever que la Argentina seguirá por mucho tiempo sufriendo las consecuencias de tener una alta proporción de su población con serios problemas laborales.

En primer lugar, el 84% en la reducción de la cantidad de desocupados se explica por una fuerte caída en la participación laboral. Es decir, se trata de personas que hace un año declaraban estar buscando un empleo y ahora declaran no tener empleo ni estar buscándolo. De las 68.000 personas que declaraban ser desempleadas hace un año y ahora han dejado de serlo, 57.000 son personas que pasaron a la inactividad, es decir, que no trabajan ni buscan trabajo. En su mayoría se trata de mujeres. La tasa de participación femenina en los aglomerados relevados por el INDEC cayó en un año del 45 al 44%.

Por otro lado, el aumento del empleo total fue de apenas 11.000 trabajadores. Este incremento se conforma por 4.000 trabajadores asalariados adicionales -que surgen de restar a la creación de 102.000 empleos asalariados registrados la destrucción de 98.000 empleos asalariados no registrados- y 7.000 trabajadores no asalariados. La tasa de crecimiento en el empleo total se habría ubicado -al menos en el interior del país- en la modesta cifra del 0,2% anual. Esto implica que el mecanismo de mejora en la calidad del empleo se basó en reemplazar empleo asalariado no registrado por empleo asalariado formal.

Cambiando empleo asalariado "en negro" por empleo asalariado formal a razón de 100.000 trabajadores por año, llevaría aproximadamente 15 años terminar con el problema. Queda claro que es necesaria una dinámica de creación de empleos de calidad mucho más enérgica que la observada hasta ahora. Para ello, el crecimiento económico debe ser acompañado por una mejor organización del mercado de trabajo. Por ejemplo, sirve observar que la tasa de empleo entre las personas mayores de 14 años en los 15 países más desarrollados de la Unión Europea es del 66%, mientras que en la Argentina apenas llega al 53%. Semejante brecha sólo puede ser acortada con un ritmo menos parsimonioso en la creación y la mejora del empleo.

La agenda de políticas públicas de este año debería tomar como eje estratégico este desafío. Se trata de sustituir la lógica de la confrontación por la búsqueda de mecanismos que armonicen el objetivo de protección social con la preservación de la competitividad y la productividad. Con reformas estructurales profundas en materia impositiva y regulatoria es posible acelerar la creación de empleos y generar un proceso masivo de "blanqueo" del actual stock de empleo no registrado.

   
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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