Imparable, el precio del barril de petróleo debutó en el 2008 por encima de los tres dígitos, algo que lejos de representar una sorpresa era esperado por productores y analistas del mercado desde hace un tiempo a esta parte.
Aunque en las jornadas posteriores perdió algo de valor, diversos operadores y estudiosos del sector petrolero ya pronostican que hacia fines de este año no sería extraño que los que quieran comprar tengan que desembolsar hasta 200 dólares por barril, un nivel impensado hace algunas temporadas atrás, ya que a principios del 2002 su cotización apenas superaba los 20 dólares.
El precio del barril de petróleo se ha cuadruplicado en cinco años por efecto del desenfrenado consumo energético de China e India, las tensiones geopolíticas en países como Nigeria y Pakistán y un incremento de la especulación.
La escalada de violencia en Nigeria y el caos político en Pakistán tras el asesinato de la ex primera ministra y líder opositora Benazir Bhutto el 27 de diciembre estimuló en los últimos días del 2007 las cotizaciones, cuyo record precedente databa del 21 de noviembre del año pasado, cuando llegó a 99,29 dólares el barril.
Entre los factores que explican los precios actuales, los analistas citan asimismo el miedo a que la oferta de crudo no baste para saciar la demanda de combustible en el hemisferio norte debido a un invierno que se adivina frío.
Hace sólo cinco años, los precios del crudo oscilaban entre 22 y 28 dólares dentro de un abanico definido por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP).
La invasión norteamericana de Irak hizo saltar la chispa en los mercados del llamado "oro negro", y eso conllevó numerosos ataques contra instalaciones petrolíferas. El sector petrolero iraquí está perturbado por un buen momento, y además paga varias décadas de inversiones insuficientes.
La depreciación del billete verde es considerada asimismo por los analistas como un factor esencial del alza de los valores del barril en los últimos meses.
Las tensiones políticas en otros países productores importantes también han contribuido al nerviosismo del mercado del crudo.
La producción de Venezuela nunca se ha recuperado de la huelga que paralizó su sector petrolero entre el 2002 y el 2003 y la nigeriana ha disminuido mucho por los ataques recurrentes contra las infraestructuras del sector y los secuestros de trabajadores extranjeros por separatistas o criminales.
Durante el verano del 2006, el conflicto entre Israel y Líbano provocó una subida febril de los precios del crudo. De forma paralela, el mundo vive desde hace cinco años un crecimiento muy alto, más espectacular en gigantes emergentes como China o India, que generan una demanda petrolera desenfrenada.
China es hoy en día el segundo país consumidor mundial de energía, detrás de Estados Unidos, pero debería adelantarlo "poco después del 2010", estimó la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
Este rápido aumento de la demanda provocó una tensión en las reservas, con temores recurrentes de escasez, sobre todo porque la capacidad mundial de refinación es insuficiente para responder a los requerimientos de productos petroleros.
La OPEP, que suministra un 40% del petróleo mundial, ha adoptado además una política más agresiva, renunció a su abanico de precios y defiende umbrales de cotizaciones cada vez más altos mediante reducciones de la producción, tal como hizo a finales del 2006.
Los precios del crudo cayeron entonces a unos 50 dólares el barril y el cártel decidió dos reducciones de producción seguidas por un total de 1,2 millones de barriles diarios (mbd) en octubre y diciembre del 2006.
Los países consumidores reclaman hoy, a través de la AIE, un incremento productivo de unos 1,8 mbd de la OPEP, que bombea actualmente 27,2 mbd.
Esta cifra toma en cuenta el aumento de la producción en medio millón de barriles decidida por el cártel en setiembre, que no bastó para impedir una rauda subida de los precios.
Para justificar una acción considerada insuficiente por la AIE, la OPEP repite que esta subida se debe a los problemas de refinado y a la especulación.
El mercado petrolero a largo plazo se ha convertido en una inversión muy rentable ahora que decaen los réditos bursátiles, inmobiliarios y de las obligaciones.
Cada vez más, el "oro negro" sirve de refugio a los inversores que buscan una protección contra la caída del dólar. Esto contribuye también a la subida del crudo porque incita a los productores a reclamar más por la misma cantidad de petróleo con el fin de mantener su poder adquisitivo. Y, a medida que se acercaba al umbral psicológico de los 100 dólares, se ha ido intensificando la especulación.
(Redacción Central / AFP)