Si bien las exportaciones de arte de la Argentina crecieron en los últimos años siguieron siendo poco significativas, pero galeristas y vendedores se convencieron de que están dadas las condiciones para concretarlas por sus precios competitivos, buena calidad y cantidad, aunque no disimularon sus preocupaciones. No sólo faltan medidas promocionales sino que aquellas que protegen el patrimonio cultural y regulan su salida del país obligan a realizar trámites engorrosos. La ley 24.633 y el decreto 1.321/97del Poder Ejecutivo Nacional establecieron al parecer demasiados requisitos para las exportaciones de bienes con esas características y previeron sanciones para quienes no las cumplan (ver infografía).Los mayores encuentros mundiales son:
" La centenaria Bienal de Venecia, una muestra que en su 52ª edición del 2007 premió con el "León de oro", su máximo galardón, al gran artista argentino León Ferrari. Antes otro compatriota, Guillermo Kuitca, fue seleccionado para participar con cinco pinturas.
" La quinquenal Documenta de Kassel, donde en la última oportunidad propusieron "la educación del espectador a partir de un eje claro: el poder del arte como medio de conocimiento de la realidad".
Existen otras, como la Arco, Feria Internacional de Arte Contemporáneo de Madrid (España); Tefaf, con la responsabilidad de The European Fine Art Fair, en Maastricht (Holanda), y la Merrill Lynch Arteaméricas (en los Estados Unidos), donde el invariablemente vanguardista Gyula Kosice participó como invitado de honor y representó a la Argentina.
Art Basel es el mayor encuentro planetario del arte contemporáneo, con 38 ediciones en Basilea (Suiza). En junio último reunió a 300 galerías de 30 países. Por otra parte, el mes pasado se hizo la sexta de su filial estadounidense en Miami, con 1.500 artistas representados por 200 galerías.
Establecimientos locales tratan de no faltar y representan a creadores argentinos con proyección internacional. No es la única modalidad de promoción, ya que también organizan muestras aquí y en el exterior, a las que invitan a directivos de museos, coleccionistas y críticos extranjeros.
En ciertas representaciones diplomáticas de la Argentina ya se presentaron muestras.
El turismo receptivo se convirtió en un aliado más para las ventas al exterior, sobre todo cuando se reactivó después de la devaluación, que hasta volvió más competitivos los precios de las obras. No obstante, quien desee llevarse la que compró en el país, aunque sea de bajo precio, debe cumplir con trámites burocráticos desalentadores.
Para apuntalar el crecimiento, "aún nos falta desarrollar una industria cultural como la que tienen los países del Primer Mundo, pero también Brasil y Chile", observó hace tiempo el galerista Daniel Maman, quien consiguió ingresar en China a fines del 2006. Allí, en principio, seleccionaron esculturas para exhibir durante los Juegos Olímpicos 2008 y se organizó una exposición en Contrats, de Shanghai (sólo en Beijing hay 1.000 galerías), pero como los chinos pidieron reciprocidad, Maman aceptó representar a varios de sus artistas.
El mercado internacional tiene que ver con la potencia económica de las naciones y sus circuitos privados. No obstante, conocidos coleccionistas locales llegaron a pagar unos 25.000 dólares para ser miembros del consejo del mencionado MOMA, con la intención de posicionar sus colecciones y actuar de manera más preponderante.
La Argentina comenzó a aprovechar el interés por el arte latinoamericano, especialmente de los coleccionistas norteamericanos, a quienes los expertos recomendaron "educar" integrándolos a grupos -como el Latin American Art Acquisition Comitee del MOMA o el Latin American Circle- para que viajen, vean colecciones y museos y se vinculen directamente con los curadores (coordinadores de lo que se exhibe en las muestras).
En la preparación de Pinta, la primera feria de arte latinoamericano contemporáneo de Nueva York, participaron argentinos. Fue una movida planificada en una ciudad donde hay 500 galerías y otros tantos vendedores y casi coincidió, en noviembre pasado, con subastas de la misma temática de Christie's y Sotheby's (en las que hubo obras de autores locales, como Antonio Berni, Jorge de la Vega, Guillermo Kuitca, León Ferrari, Enio Iommi y Eduardo Mac Entyre, entre otros). Pinta reunió a 35 galerías de Estados Unidos, Europa y América del Sur -entre las argentinas estuvieron Ruth Benzacar, GC Campochiaro, Vasari, Van Eyck, Rubbers, Appetite y Praxis, que llevaron trabajos de Ferrari, Xul Solar, Joaquín Torres García, Rogelio Polesello y Julio Le Parc, entre otras- y que culminó con ventas cercanas a los 5 millones de dólares (contando las de brasileñas, venezolanas y las que tienen base en Nueva York). Congregó a unos 7.000 visitantes y no faltaron directores de museos y coleccionistas.
