BUENOS AIRES (ABA).- El vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), José Ignacio de Mendiguren, anticipó que solamente con el crecimiento económico logrado no alcanza para cubrir todas las necesidades del país y que hay que pasar a una etapa de desarrollo para poder lograr el cumplimiento de este objetivo.Con su clásico estilo verborrágico el dirigente empresario, quien ocupó el cargo de ministro de la Producción en el 2002, se mostró preocupado por el notable aumento de la rigidez laboral y anticipó que la situación crítica del INDEC debe resolverse cuanto antes.
-De Mendiguren, deben estar satisfechos con la evolución de la industria durante este año...
-El año ha sido muy bueno. Terminamos con una mejora de la industria del orden del 8%. Hubo algunos problemas durante los meses de junio y julio por la situación energética, pero luego se recuperó.
-¿La mejora de la industria no está concentrada esencialmente en lo automotriz?
-Bueno, la industria automotriz ha tenido una gran expansión, y lo que se puede ver es que hasta el año pasado los distintos sectores industriales crecían parejos.
-¿El panorama no fue tan parejo este año?
-Este año hubo quizá más diferencias entre determinados sectores, pero insisto: el año cierra con un buen horizonte, con una tasa de crecimiento del8%, que es un valor importante.
-¿Considera que este crecimiento va a ser sostenido en el tiempo?
-Lo que hay que entender es que esta etapa en que estamos es distinta de la que se viene. Hasta ahora salimos de una profunda crisis, una consolidación macroeconómica importante, y hasta aquí se llegó. Creo que la etapa que viene 2007-2011 es la del desarrollo.
-¿Y cuáles son las características de esa etapa de desarrollo?
-Es dar un salto cualitativo. La etapa de desarrollo significa cambiar la raíz productiva para que se pueda garantizar una evolución económica con crecimiento sostenido y permanente.
-¿Qué hace falta para esa etapa?
-El desarrollo es determinar metas concretas por sectores y después, los ritmos y las prioridades, porque no hay recursos para desarrollar todo.
-Bien, pero ¿qué significa todo esto?
-Que se deben cubrir los elementos que hoy no tiene nuestra economía; por ejemplo, no cuenta con financiamiento, que es algo esencial. Sin financiamiento no puede haber inversión. Y la inversión es un aspecto crucial para el desarrollo de cualquier país. Para ello es importante darles previsibilidad a las empresas y a la actividad privada.
-¿Cómo se hace eso?, porque siempre se habla de esto en la Argentina y nunca se llega a nada...
-Lo concreto es darle prioridad a la microeconomía, como hacen otros países: aplicar instrumentos para el desarrollo de la misma.
-¿Cuáles son los aspectos de la economía que se deberían resolver en forma urgente?
-En principio, la gran informalidad que todavía tiene nuestra economía. Uno no puede seguir con un nivel del 45% de informalidad y buscar la forma de atenuar o disminuir el nivel de litigiosidad que empieza a observarse en el mercado laboral.
-Justamente ahora se viene la discusión salarial, y muchos gremios están exigiendo más del 30% de aumento en salarios...
-Aquí hay que establecer un esquema de negociación responsable con los sindicatos; algunos hablarán de productividad, otros de participación especial. Lo que creo que es muy arriesgado en esto es no poner un marco adecuado y que eso genere imprevisión en la economía.
-¿No cree que se debería sanear la situación de los índices del INDEC?
-La situación de las cifras, y especialmente de inflación, uno la puede ver claramente, sobre todo en relación con el interior del país. Yo creo que todo el mundo es consciente de que esto se debe terminar rápidamente.
-¿Qué expectativa tienen ustedes en relación con el inicio de la gestión de la presidenta electa, Cristina Fernández?
-Hay dos cosas. Primero, hay continuidad en la línea y, además, con los nombramientos en el gabinete, va a haber continuidad en la gestión. Por lo tanto, no vemos muchos cambios. Eso tiene su lado positivo y su lado negativo.