Ciar SA es una empresa de ingeniería y tecnología dedicada principalmente al sector petrolero. Cuenta con seis unidades de negocios: ingeniería, inspección técnica de obra, desarrollo de sistemas informáticos a medida, venta de software, capacitación y ploteo y copiado. El emprendimiento se inició en Cipolletti en 1992, con dos computadoras y un plotter. Hoy cuenta con unos 90 empleados y oficinas en Neuquén, Buenos Aires y Río Gallegos. Este año fue reconocida por Autodesk (fabricante de AutoCAD) como la empresa de mayor crecimiento en Sudamérica. “Río Negro” dialogó con el ingeniero Francisco Rímmele, presidente de la empresa, sobre la realidad y las perspectivas del sector del petróleo y el gas.
–¿Cómo fue el nivel de actividad del 2007 con respecto al año anterior?
–Hubo mucha actividad. Fue un año diferente para el sector en el ámbito en que nos desenvolvemos, con un escenario y actores distintos, de mucho aprendizaje.
–¿Y en facturación?
–Mejoró; aunque quizá no en la medida de lo esperado. Parte de esa mejora tiene que ver con incrementos salariales por acuerdos entre operadoras y el gremio de jerárquicos.
–¿Cómo incidieron estos acuerdos en la rentabilidad?
–A la empresa la rentabilidad se la bajaron, más allá de que en la mayoría de los casos los aumentos fueron trasladados, pero sin ningún margen; lo único que se reconoce es la carga impositiva. Aumenta la facturación pero también los costos.
–¿Cómo impacta el tema impositivo en el sector de las empresas de servicios?
–Es pesadísimo, la carga impositiva es enorme.
–¿Qué incidencia tendría para las empresas de servicios la quita de la concesión de Loma de la Lata a Repsol?
–Iría más allá: no solamente afectaría las empresas del sector sino también toda la economía regional. Generaría incertidumbre y desconcierto, lo que no es positivo.
–¿Y cómo incide esa imprevisibilidad en la toma de decisiones?
–Hay que hacer un doble juego, pensar a largo plazo con escenarios hipotéticos y, por otro lado, trabajar en el día a día, logrando encontrar puntos en común.
–¿Qué expectativas tiene con la nueva presidenta?
–La falta de experiencia en posiciones ejecutivas o de gestión abre un signo de pregunta muy grande. Tiene que corregir muchas cosas con respecto a lo que se ha venido haciendo. Hay que esperar y ver.
–¿Cómo incide el sindicato en la actividad?
–Hay poca posibilidad de diálogo. Es necesaria y sana su presencia, pero hay que acordar más allá de un criterio de ganar o ganar. Dialogar es siempre la mejor salida.
–¿Cuál es la importancia de las personas para crecer?
–Es determinante. Por eso creamos la Fundación Potenciar, enfocada en el desarrollo del conocimiento, que apunta a crear un centro de especialización para complementar la formación de los egresados de colegios técnicos y universidades. El objetivo es prepararlos para las demandas del mercado actual. El tema educativo es crítico.
–¿Cuáles son los desafíos para las empresas de servicios petroleros?
–Creo que el mayor es lograr alguna diversificación, no estar tan concentrados en un mercado, para bajar un poco el riesgo. Tenemos ese objetivo; si bien estamos diversificados en cuanto a unidades de negocios, todas están en gran medida enfocadas al sector petrolero.
–¿Cómo explicaría el crecimiento de la empresa?
–En un accionar coherente, basado en el respeto a la gente. Eso hacia adentro; hacia afuera, escuchar siempre lo que necesita el cliente y tratar de adaptar nuestra estructura y conocimientos para satisfacerlo.
PERFIL
Francisco Rímmele tiene 42 años, es casado y tiene tres hijos varones de 12, 9 y 7 años.
Es ingeniero egresado de la Universidad del Sur. Hincha de Boca Juniors, gusta de los deportes en general. Su principal hobby es pasar el mayor tiempo posible con su familia.
“Para mí es un placer acompañar a mis hijos en los deportes que practican y en todas sus actividades”, señaló.
Considera que su principal fortaleza es “ser un empresario con mucha visión”, en sus propias palabras.