En el 2007 la inflación en la Argentina finalizará, según un pronóstico conservador, en un piso del 15% anual. En el mismo período el peso se devaluó un 3,5% en relación con el dólar y éste, a su vez, un 13% con respecto al euro.
La sumatoria de ambas devaluaciones le permitió al país contrarrestar una inflación mayor a la de sus pares europeos. Al analizar la evolución del dólar en relación con el peso se observa, a partir del 2004, una caída del precio de aquél respecto de la moneda argentina. Esta tendencia a la apreciación del peso frente a la divisa norteamericana se acentuó en el 2007 y seguramente se intensificará el próximo año, ya que el gobierno no tendrá margen para sostener un dólar competitivo sin inflación.
Esto es simplemente el resultado de dos factores: primero, la inflación argentina es mucho más elevada que la de Estados Unidos; segundo, el excedente de dólares del sector privado resultante del fuerte superávit comercial externo argentino termina siendo comprado en su totalidad por el Banco Central, el que a su vez se resiste a indexar el precio del dólar en función de la mayor inflación argentina respecto de la de Estados Unidos.
Por ejemplo, este año la inflación “criolla” fue cinco veces más alta que la del país del Norte y el peso sólo se devaluó en relación con el dólar en un 3,5%, lo cual implicó una apreciación del peso del orden del 10%.
En el 2008 se acentuará la apreciación del peso respecto del billete verde, por la simple razón de que la inflación real argentina podría llegar a ser casi diez veces más alta que la de Estados Unidos, mientras que todo indica que el Banco Central mantendrá la devaluación del peso en un margen del 3 al 4% (esto es, que en diciembre del 2008 llegará a valer 3,25 pesos por dólar).
Analistas destacan que en diciembre del 2008 el valor del dólar en comparación con el peso alcanzará su nivel más bajo desde la salida de la convertibilidad. Por supuesto que ese valor es superior al promedio de los ’90. Pero esta comparación no tiene ningún sentido, porque a lo largo de la convertibilidad el dólar permanecía muy atrasado. En realidad, una comparación más relevante sería con el promedio de todo el extenso período de casi 40 años que va de 1970 al 2008. En este caso, a fines del año próximo el dólar estaría levemente por debajo de este promedio histórico. Esta realidad se traducirá en el lenguaje popular en afirmaciones como que la ropa en la Argentina cuesta más que en Estados Unidos, que el café es mucho más caro o, para ser más directos, que los departamentos valen más en dólares que en la época del 1 a 1.
(Redacción Central)
Dos sectores en pugna
El próximo gobierno se encontrará frente al desafío de mantener el programa productivista de los últimos años –un dólar alto para sostener las exportaciones competitivas– a costa de mayor inflación o convalidar las tendencias que presenta el mercado, donde las monedas del mundo se aprecian fuertemente frente al dólar. El sistema financiero es el que apoya este último concepto. Desde el Ministerio de Economía insisten: “El gobierno mantendrá su asociación estratégica con el sector de la producción”. ¿Podrá contra las tendencias del mercado?