Gran parte del déficit que hoy acumula la Argentina con Brasil es atribuida por los empresarios nacionales al buen desempeño del Banco Nacional Desarrollo Económico y Social de Brasil, conocido como BNDES. Es por ello que el gobierno de CFK impulsa la creación de un banco de promoción con las características de aqeulla entidad, que a octubre de este año desembolsó cerca de 35 millones de dólares, reflejando un crecimiento anual del 37% (ver infograma). La mayor parte de estos desembolsos tuvo como destino la industria y la infraestructura, que recibieron el 44 y el 39% respectivamente.
Pero, contrariamente a lo que muchos piensan en la Argentina, no toda la expansión de las empresas brasileñas se explica por el BNDES, sino por la posibilidad que tienen de financiarse a través del mercado de capitales. En el 2006 la emisión de acciones y papeles de deuda en la Bolsa alcanzó los 120.000 millones de reales y el financiamiento de las empresas a través del mercado de capitales acumuló 103.000 millones de reales (55.000 millones de dólares).
La búsqueda de mercados externos y la internacionalización de las firmas brasileñas han constituido un fenómeno con vida propia gracias a la saludable macroeconomía del país vecino.
A su vez, tampoco todo el financiamiento bancario se hace a través del BNDES. Esta situación genera una importante brecha entre el costo de los préstamos originados en el BNDES y el que surge de los recursos libres. Muchas son las pymes que, a pesar de las atractivas tasas que ofrece la institución, no pueden acceder a esa forma de financiamiento.
Pero, volviendo a la Argentina, el principal problema que presenta la puesta en marcha de un banco estatal como soporte para el desarrollo del sector agroindustrial en el país tiene relación con los antecedentes que presenta este tipo de proyectos. Las pérdidas económicas millonarias han sido una constante cada vez que el Estado quiso poner en marcha un banco estatal orientado a promover la agroindustria local. El manejo indiscriminado de los recursos y la falta de una política clara de desarrollo han determinado a lo largo de la historia el fracaso continuo de este tipo de proyectos.
Dejando esto de lado, CFK insistirá en la creación de un nuevo Banade para el país.