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Domingo 11 de Noviembre de 2007
 
 
 
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  “RÍO NEGRO” EN IDEA
  “Hay que reducir el empleo informal”
Ése es el desafío para el nuevo gobierno, dijo el titular de SEL Consultores.
Ernesto Kritz señaló, además, que la clase media baja ya se recuperó de la crisis.
 
 

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En el marco del 43º Coloquio de IDEA, que se desarrolló en Mar del Plata entre el 7 y el 9 de este mes, “Río Negro” dialogó con el director de SEL Consultores, Ernesto Kritz, quien sostuvo que la sociedad argentina está retornando a cierta movilidad social, aunque indicó que dicho movimiento nunca llegará a ser como el que se conoció en décadas anteriores.
El consultor señaló que ve avances en cuestiones de empleo y que se consigue más trabajo, pero que la deficiencia del sistema pasa por la gran informalidad que hoy exhibe. A continuación, la charla mantenida con este medio.
–Tomando como referencia la desocupación de la que venimos, ¿los argentinos, aun computando los avances que se están dando en materia de ocupación, han revalorizado el trabajo?
–Las investigaciones muestran que la desocupación o, si se quiere, el trabajo está entre las primeras preocupaciones de los argentinos. Esto es una realidad. Sin embargo, de las propias investigaciones que hacemos en SEL Consultores se puede determinar que la revalorización más firme del valor del trabajo se da en los sectores que tienen trabajo en blanco, registrados, con seguridad social, y no tanto en aquellos planos donde el empleo es precario.
–Siempre tomando en cuenta la recuperación de niveles de empleo, hay consultoras como Nielsen y Poliarquía que sostienen que se está recuperando cierta movilidad social. ¿Usted qué opina?
–Sí, sí, creo que es así, pero advirtiendo que esa posibilidad concreta no tiene, ni me parece que volverá a tener, la dinámica que la movilidad social tuvo en décadas pasadas, que fue uno de los rasgos que más definieron al país en el escenario no sólo continental. Pero es cierto que, especialmente en la clase media baja, está instalada fuertemente la convicción de poder progresar, de poder ascender hacia otros niveles de consumo. Ese sector emergió, para mí casi totalmente, de la decadencia y situación de pobreza a la que lo llevó la crisis de finales de los ’90 y comienzo de este siglo... salió del cuadro de privación en que estaba incrustado. Insisto: no se está dando un retorno a la movilidad social que conocimos, que signó nuestro pasado, pero hay movilidad social.
–La crisis del empleo, ¿generó ahora mayor dedicación al trabajo, mejores niveles de eficacia?
–Éste es un tema muy presente en este debate. A mí no me parece que se pueda establecer un rango muy firme de opinión; tengo sí información sobre dos cuestiones que hacen a lo que encuadro como “actitudes generacionales”. Por un lado están aquellos que, habiendo perdido el empleo, salieron a buscar trabajo munidos de una cultura que se puede definir en estos términos: “Lo que necesito es un trabajo, después vemos”. Este sector se interesa poco en cómo desempeñar el nuevo trabajo logrado. Busca la seguridad que da el trabajo, especialmente si es registrado. Por el otro lado están los más jóvenes. Y es ahí donde el análisis de cómo piensan depara ciertos e interesantes datos. Los jóvenes vienen de ver y palpar directa o indirectamente las implicancias de perder el trabajo, de no tener uno. Llegan al trabajo desde esa experiencia sufrida por familiares, amigos, etcétera. Entonces, cuando logran emplearse, emergen dos conductas: aquellos que tienen mayor formación tienen disposición al riesgo, a ejercer responsabilidades. En general, esta franja de jóvenes es la que se involucra con tecnología de punta. Y están los otros jóvenes a los cuales sólo les interesa conseguir un trabajo y anclar. Aquellos jóvenes no hacen del trabajo un tema determinante de seguridad, como tampoco se permiten que el trabajo les condicione su vida personal. Los otros jóvenes buscan la seguridad y seguir y seguir.
–De los primeros se infiere que no esquivan la competencia.
–Por supuesto, es un rasgo distintivo en la cultura con que consiguen trabajo y se mueven ya trabajando. Se mueven con mucha autoestima, con fuerte conciencia del logro personal.
–Alain Touraine dijo tiempo atrás que uno de los datos que los argentinos debemos asumir ya definitivamente es el vivir con dos dígitos de desempleo...
–No estoy convencido de que sea así. Tenemos la posibilidad muy concreta, y así lo va demostrando este presente aunque resta mucho por hacer, de movernos en un dígito. Quizá la pregunta más grave que nos podemos hacer en este campo es si nos vamos a acostumbrar a convivir con un tercio de la población trabajando informalmente. Mi opinión es que la diferencia crucial no pasa por tener o no un empleo sino por la calidad del empleo que se tiene. Éste es el gran desafío en el campo del empleo y es ahí donde no veo progresos significativos.
–¿Dónde está fundamentalmente concentrado el trabajo de “mala calidad”, que creo que es una categoría suya?
–En las empresas pequeñas. El gobierno insiste en su lucha contra al desempleo, cosa que me parece bien, y es mucho lo que se logró. Pero en esa lucha los límites están hoy muy cercanos... no es mucho lo que se puede hacer. Hay que meter mano en la mala calidad del empleo, ahí está el problema: reducir la informalidad, que es una forma de integrar la sociedad en términos más firmes. Creo que Cristina tiene que incorporar en su agenda el tema de la informalidad del empleo... es imprescindible.
–¿Lo hará?
–No sé, no sé.

Construcción para arriba

Fue muy comentado en el coloquio el marcado ascenso que presenta el costo de la construcción. Durante octubre llegó al 4,3%, el mayor aumento en casi un año y medio. En el año subió el 20,4%.
El principal factor que explica este fuerte aumento debe buscarse en el alza en los salarios de los obreros. Según los datos que divulgó el INDEC, el costo de la mano de obra el mes pasado trepó un 7,8% y en lo que va del año acumula un alza de casi el 24%.
El ítem “materiales” aumentó un 1,5%, mientras que “gastos generales” se encareció en un 3,1%.

   
CARLOS TORRENGO
   
 
 
 
Diario Río Negro.
Provincias de Río Negro y Neuquén, Patagonia, Argentina. Es una publicación de Editorial Rio Negro SA.
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