Merrill Lynch, que acaba de despedir a su presidente ejecutivo, Stanley O'Neal, es el banco grande que ha perdido más dinero con la crisis de los créditos hipotecarios a riesgo "subprime", que desde el verano boreal socava los beneficios de las sociedades financieras.
El banco de inversiones, que como sus competidores era adicto a los títulos adosados a esos créditos de dudoso reembolso pero muy codiciados hasta poco tiempo atrás por sus altos dividendos, batió records de depreciación de activos en el sector.
Merrill acusó la semana pasada cerca de 8.000 millones de dólares en depreciaciones en el tercer trimestre, sorprendiendo por segunda vez a los mercados luego de haber anunciado a comienzos de octubre que la depreciación sería de 4.500 millones, una suma ya enorme.
La alarma del mercado ante estas depreciaciones superó la suscitada por los malos resultados publicados recientemente por Citigroup, el primer banco estadounidense y mundial, cuyo beneficio neto cayó el 57% a 2.380 millones de dólares.
La incapacidad de Merrill Lynch para evaluar las pérdidas resultantes de la crisis de los subprime alimenta las hipótesis más pesimistas sobre el volumen real de los títulos financieramente desvalorizados que detentan los bancos. "Al mercado no le gusta la incertidumbre, y cuando se trata de Merrill Lynch hay demasiada incertidumbre", resumió Patrick O'Hare, analista del sitio financiero Briefing.com.
De hecho, Merrill Lynch paga hoy el precio de la osada estrategia de O'Neal, que incrementó la presencia del banco en las colocaciones a riesgo para incrementar rápidamente las ganancias.
Al igual que el resto del sector, en los últimos años Merrill llenó su portafolios de títulos prometedores de sólidos beneficios: con productos financieros derivados de deudas llamados "CDO" (collaterized debt obligations), algunos de ellos adosados a préstamos hipotecarios a riesgo, los "subprime".
Esos préstamos, que originaron la crisis financiera que se expandió en el verano, fueron otorgados a familias de bajos recursos que no podían obtenerlos en el circuito clásico, pero a tasas de interés mayores y variables.
Con el incremento de las tasas de interés y la desaceleración del mercado inmobiliario, esos deudores están ante la imposibilidad de reembolsar o refinanciar sus préstamos.
La alta tasa de mora creó un efecto dominó que afecta la totalidad de la estructura financiera, revelando que todos los bancos tienen en sus portafolios productos financieros adosados a deudas de difícil cobro.
En Estados Unidos, los grupos de servicios financieros especializados en los subprime son los más afectados por la crisis, con la supresión de miles de empleos, quiebras o urgentes refinanciaciones, como ilustra el caso de Countrywide Financial, líder estadounidense de préstamos hipotecarios.
En lo que respecta a los bancos, su capacidad de resistencia varía según la diversificación de sus fuentes de ingresos. JPMorgan Chase, que depreció en el tercer trimestre por 1.300 millones de dólares a causa de los créditos subprime, logró sin embargo incrementar su beneficio en un 2% (3.370 millones).
Fuera de Estados Unidos, el primer banco suizo UBS es uno de los más afectados, con 4.000 millones de francos suizos depreciados (2.400 millones de euros), y una pérdida neta esperada en el tercer trimestre.
En Alemania, el banco regional SachsenLB estuvo al borde de la quiebra y en el Reino Unido el octavo banco británico, Northern Rock, debió apelar a la ayuda del Banco de Inglaterra para enfrentar una corrida.
Jubilación anticipada para O'Neal
NUEVA YORK (Télam).- Stan O'Neal, presidente ejecutivo de Merrill Lynch, será jubilado próximamente luego de sufrir pérdidas por 2.300 millones de dólares y una estampida de retiros por 8.400 millones de dólares en el tercer trimestre a causa de la crisis del mercado hipotecario, informó el banco de inversión en Nueva York.
La carga sobre las instituciones financieras asciende, según cálculos de expertos de Wall Street, a 27.000 millones de dólares, con lo que el fin de la crisis está aún lejos de vislumbrarse. Alberto Cribiore, miembro del consejo de administración desde el 2003, asumirá interinamente la presidencia ejecutiva, señaló la empresa. También dirigirá un grupo de trabajo encargado de identificar al sucesor de O'Neal. Los dos copresidentes, Ahmass Fakahany y Gregory Fleming, permanecerán en sus cargos.
El inminente jubilado O'Neal había asumido las riendas de Merrill Lynch en el 2002, convirtiéndose en el primer estadounidense negro en dirigir una de las grandes compañías de Wall Street.