El mercado inmobiliario estadounidense acusó nuevas señales de debilitamiento este miércoles, con una caída en la construcción de viviendas a su nivel más bajo en 14 años, que debería incrementar los temores sobre el crecimiento económico del país.
El inicio de obras bajó un 10,2% en setiembre en relación con agosto, para situarse en 1,191 millones de unidades en ritmo anual, el nivel más bajo desde marzo de 1993, indicó el departamento de Comercio. "Es una constatación muy deprimente sobre el estado del mercado inmobiliario en Estados Unidos", resumió Sal Guatieri de BMO Capital Markets.
"La única 'buena' noticia es que la iniciación de obras baja más rápidamente que las ventas, lo que quiere decir que el remanente de viviendas a la venta comenzará a bajar y ello debería disminuir la presión sobre los precios", agregó.
Sobre un año, las estadísticas del mercado de viviendas están en caída libre: -31% para la iniciación de obras y -26% para los permisos de construcción. "Son muy malas noticias. La inversión residencial podría constituirse en un freno para el crecimiento", estimó Marie-Pierre Ripert de Natixis. Es el gran temor de los responsables estadounidenses, que multiplican las advertencias desde hace varios días.
El secretario del Tesoro, Henry Paulson, afirmó el último martes que la crisis del sector inmobiliario es "el mayor riesgo para nuestra economía" y advirtió que ello podría implicar "un poco más de un millón" de embargos durante este año.