BUENOS AIRES (ABA).- Volvió una tarde... la presidenta de la Agencia Nacional de Desarrollo e Inversión, Beatriz Nofal, pero declinó referirse al conflicto comercial con la República Popular China. “Es algo que le compete a la Secretaría de Industria”, se atajó Nofal al ser abordada por “Río Negro” tras disertar en el Simposio Internacional de Economía organizado en Buenos Aires por la Universidad de Tel Aviv.
La referencia se debe a que dicha secretaría es la encargada de restringir los cupos a la importación, medida que fue aplicada y defendida por el ministro de Economía, Miguel Peirano, para los productos que provienen de China, lo cual originó una reacción por parte del país oriental que se tradujo en trabas a la importación de soja argentina.
“China es muy importante para la Argentina; es lo único que le puedo decir”, expresó molesta Nofal sintiendo la presión a la que el gobierno de Néstor Kirchner somete a sus funcionarios, ya que se trata de una economista conocida por haberse manejado con amplitud de criterio durante las gestiones de Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa.
Como sucedió el 29 de agosto con la tormenta de Santa Rosa, el gobierno espera que también la tensión con China pase de largo. “Confío en que China va a tener paciencia y en que no va a haber medidas”, dijo el secretario de Comercio Alfredo Chiaradía en la única palabra oficial sobre el tema que se pudo obtener.
El embajador chino, Zhang Tuo, inició sigilosas gestiones para destrabar el cruce que hasta ahora se maneja evitando hacer demasiadas olas, aunque un vocero encargado de la relación económica entre los dos países aceptó que el estilo del Estado asiático es “devolver el golpe para volver al statu quo”.
La Argentina exporta soja al mercado chino en una cantidad aproximada de 7 millones y medio de toneladas, por unos 10.000 millones de dólares.
Consultado tras retirarse de la jornada que se realizó en el hotel Alvear, el consultor y ex presidente del Banco Hipotecario, Miguel Kiguel, destacó la importancia del tema y sugirió que la cartera de Hacienda está aplicando medidas que parecen buscar un impacto político, ya que estarían fuera de los cánones del comercio internacional.
En tanto, Bernardo Kosacoff, director de la Comisión Económica para América Latina de Naciones Unidas (CEPAL), relativizó la cuestión y atinó a una expresión de deseos: “Parece que todo va a volver a su curso. Esperemos que así sea”.
Prevén desaceleración económica y ajuste
BUENOS AIRES (ABA).- Después de un 2007 en que la Argentina crecerá al 7,5%, el año próximo dicho índice caería a una cifra aproximada al 4%. Esa fue una de las conclusiones que dejó un debate entre especialistas correspondiente al 12º encuentro sobre perspectivas de la economía, organizado por la Universidad de Tel Aviv.
El ex asesor del Ministerio de Hacienda y del Banco Central, Ricardo Arriazu, señaló como tendencias preocupantes la caída del superávit fiscal (sin los ingresos de previsión social habría déficit), la crisis financiera (con bonos argentinos debajo de los valores del canje) y el crecimiento de la demanda, con una inversión estancada. “Tenemos la misma capacidad productiva que hace cinco años”, destacó Arriazu.
“La Argentina sigue creciendo, pero hay turbulencias que se están empezando a sentir”, advirtió Miguel Kiguel.
Con salarios que se incrementaron en promedio un 23%, con un nivel de consumo que anda por el aire, Kiguel considera que es imposible seguir creciendo a “tasas chinas” sin incrementar la capacidad productiva.
Alertó sobre un peligro de estanflación (alta inflación con bajo crecimiento) para el año próximo si no se corrigen algunas variables. Una señal amarilla es el incremento del gasto público. En concreto, no habría –según Kiguel– margen para seguir incrementando los subsidios.
El experto consideró probable que se vaya hacia medidas que repartan costos, como el aumento de impuestos de ABL impulsado por el jefe de Gobierno porteño Jorge Telerman.
Con una mirada en la industria, Bernardo Kosacoff, funcionario de la CEPAL, subrayó que en la Argentina se están creando cuatro puestos nuevos cada 100 personas, cuando en Brasil el primer indicador es del doble.
Kiguel y Arriazu coincidieron en que con menos inseguridad jurídica el crecimiento sería mayor y se puso como ejemplo negativo la manipulación de índices como el CER y de los números oficiales del INDEC.
El enfoque positivo corrió por cuenta de la titular de la Agencia Nacional de Inversiones, Beatriz Nofal, quien defendió el modelo de exportaciones (las que llegaron a 52.000 millones de dólares) y la desocupación a menos de un dígito. Estimó que aun con restricciones internas el proyecto es sostenible, a la vez que rechazó que exista inseguridad jurídica.
