La crisis que parecía limitarse al sector inmobiliario estadounidense, dada su limitada repercusión en el consumo, amenaza ahora a la economía en otro frente: el de los mercados financieros.
Dos fondos especulativos (hedge funds) estadounidenses están hoy en una situación muy delicada, tras haber invertido masivamente en préstamos hipotecarios de alto riesgo, conocidos como "subprime". Según el "Wall Street Journal" del miércoles, estos dos fondos de alto riesgo de los corredores Bear Stearns, que contaban hace poco con una cartera valuada en 20.000 millones de dólares, podrían verse obligados a cerrar, víctimas de la caída del valor de los papeles vinculados con sus préstamos inmobiliarios.
Esto constituye una elocuente advertencia de que la crisis del sector inmobiliario, que dura desde hace más de un año, puede debilitar la economía por vías indirectas. Los economistas se habían congratulado por el hecho de que las dificultades del sector inmobiliario no hubieran afectado el consumo de las familias, principal motor del crecimiento. Pero la amenaza parece haberse desplazado. La crisis está concentrada principalmente en el sector de préstamos hipotecarios de alto riesgo, destinados a familias financieramente más frágiles que recibieron créditos providenciales durante los días dorados de la burbuja inmobiliaria.