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La fiesta la pagan los futuros jubilados
ALDO ABRAM (*)
Cada vez que se conocen datos sobre la evolución de las cuentas del sector público consolidado, en los medios y entre los analistas, se desata la preocupación por el fuerte incremento del gasto estatal. Sin embargo, recientemente la ministra de Economía Felisa Miceli afirmó que el superávit primario del 2007, medido en términos del PBI, será superior al 3,5% del 2006. Esto, que suena contradictorio, no lo es y merece una aclaración.
La primera razón de tanto optimismo es la muy buena evolución de la recaudación, que apunta a superar los 191.000 millones de pesos, es decir, unos 41.000 millones (27%) de aumento respecto del 2006. Es bueno recordar que esta cifra está más de 22.000 millones de pesos por encima de lo presupuestado para todo el año.
Sin embargo, en el primer trimestre, ante aumentos de ingresos totales de cerca del 36%, el gasto primario se incrementó en casi un 44%. En tanto, para todo el año nuestras estimaciones darían una variación de estas últimas cercana al 40%. Con esta variación y el aumento de la recaudación esperada, el superávit
primario no debería pasar del 2,9% del PBI, algo más de 21.000 millones de pesos y menor en más de 2.000 millones al del 2006.
Alguno podría pensar que el gobierno está rifando la solvencia fiscal que sostuvo hasta ahora y que es la mejor garantía para poder descartar nuevos estallidos económicos por desmanejo de las cuentas públicas. Sin embargo no es así. Siempre dijeron que no bajarían ningún impuesto sin aumentar otro o crear uno nuevo, para no afectar la solidez fiscal. Pues fueron consecuentes y, como era necesario incrementar el gasto público fuertemente, salieron a buscar los recursos. La solución se llamó "reforma previsional" y fue aprobada por nuestro Congreso sin debate y en sólo tres semanas, a pesar de que ponía en juego la futura jubilación de más de dos millones de aportantes.
Solamente este año, esto significará unos 1.000 millones de pesos más de aportes al sistema de reparto, incluidos en las cifras anteriores. En realidad, la clave es la transferencia compulsiva de aportantes de regímenes especiales al sistema de reparto, que implicará un ingreso de 1.700 millones de pesos en mayo (más de 170.000 aportantes), y el traspaso (cuasicompulsivo, ya que uno debe negarse) de los afiliados que tienen menos de 20.000 pesos acumulados en la AFJP y a los que les faltan menos de diez años para jubilarse, lo que representa otros 5.600 millones (1.200.000 personas). Estos recursos se transferirán en especies y cerca de la mitad está en títulos públicos, que seguramente la Anses mantendrá en cartera y cobrará los cupones que venzan. Sin embargo, la parte que está en activos privados se irá liquidando de a poco para hacer frente a aumentos de jubilaciones y para financiar las necesidades del Tesoro Nacional. A todos
estos recursos habrá que sumarles los aportes de aquellos que opten por pasarse al sistema de reparto y cuyo mayor impacto en los ingresos estatales se dará el año entrante.
Vemos así que el gobierno logró resolver los problemas de solvencia de corto plazo y aumentar el gasto electoral. Sin embargo, el costo no es un nuevo impuestazo, a pesar de que estos recursos se contabilicen como ingresos corrientes: es un mayor endeudamiento futuro. Cuando uno aporta al sistema de reparto está comprando un compromiso del Estado de pagarle una jubilación cuando entre en la etapa pasiva; esto equivale a adquirir un bono que pagará cupones mensualmente al momento de retirarse. Por ende, estamos comprando capacidad de gasto y solvencia de corto plazo a costa de problemas financieros futuros. Cuando termine el proceso de los traspasos a que da lugar la reforma jubilatoria, los acreedores previsionales del Estado se habrán incrementado en más de 2.000.000 de personas, cada uno de los cuales, en su etapa pasiva, demandarán no menos de 9.000 pesos de hoy al año.
Esta historia ya la vivimos. Un gobierno despilfarra la plata de los aportantes para ganar votos y, muchos años después, cuando se éstos jubilen, otro deberá decirles que no hay recursos para cumplir con lo comprometido y pedirles a los contribuyentes un mayor esfuerzo para morigerarles el perjuicio. Nuestros abuelos son los tristes testigos de esta realidad. Sin embargo, ni nuestra dirigencia ni la gente hicieron demasiado a la hora de defender su futura jubilación y exigir que se discutiera ampliamente la reforma propuesta. En Chile, el gobierno de Lagos inició más de dos años antes el proceso de consultas con especialistas y de búsqueda de consensos con la oposición para lograr un proyecto que modificara su sistema de capitalización. En la Argentina se hizo en sólo tres semanas y en plenas vacaciones de verano. Después nos preguntamos por qué nos va como nos va.
(*) Consultora Exante
PANORAMA NACIONAL
TELEFONICA ARGENTINA REALIZO UNA PROYECCION DE SUS NEGOCIOS DE TELECOMUNICACIONES
El gerente general de Telefónica, Juan Waehner, anunció las proyecciones del negocio de las telecomunicaciones en el país para el 2010, que incluyen televisión, banda ancha y telefonía móvil.
El directivo estimó que para entonces el Grupo Telefónica contará con cerca de 500.000 accesos de televisión, unos 15 millones de líneas de telefonía móvil activas, cerca de dos millones de accesos a internet de banda ancha y alrededor de un millón de equipos móviles de tercera generación.
Waehner aseguró que en los últimos años la Argentina mejoró su accesibilidad, especialmente en el fuerte crecimiento que reflejaron los sectores de banda ancha y telefonía móvil y que la ubicaron como el segundo país de Latinoamérica en esas áreas de consumo, detrás de Chile.
Detalló que el uso de la telefonía móvil se incrementó cuatro veces en seis años, pasando de menos de siete millones de celulares en el 2000 a 30 millones de equipos móviles en la actualidad. El acceso a la banda ancha también marcó un aumento explosivo: "de sus incipientes comienzos en el 2000 pasó a registrar más de 1,5 millones de accesos a fines del 2006", señaló el directivo.
La reforma jubilatoria aporta fuertes recursos al Estado.
Así se compromete el haber previsional para las próximas décadas.
Ventas records
de autos
RIO NEGRO
EMPRESARIAS
En la Argentina, los cambios al régimen previsional se aprobaron en pocas semanas, mientras que en Chile la reforma llevó años.
De confirmarse las proyecciones en ventas de automóviles para este año, con casi dos millones de vehículos tanto nuevos como usados, el sector batirá todos los records históricos en materia de comercialización y producción. "Este año se venderán 1.970.000 vehículos, 520.000 nuevos y 1.450.000 usados, representando un aumento del 17,1% respecto del 2006", sostuvo el último informe de Abeceb.com
Según este pronóstico, "en el 2007 el 16% de los hogares del país cambiará su vehículo, mientras que uno de cada seis comprará un auto". Entre los factores explicativos se destacan el aumento de la cantidad de hogares por encima de la línea de pobreza, el continuo crecimiento del PBI per cápita en dólares y la paulatina recuperación del poder de compra de vehículos.
"Los indicadores de la industria bajo análisis mantienen tasas de crecimiento desde el 2003, lo que les permite llegar a niveles históricos", asegura la consultora que dirige el ex secretario de Industria, Dante Sica.
ECONOMICO
DOMINGO 24 DE JUNIO DE 2007