Las tasas a largo plazo alcanzaron el miércoles su nivel más alto en cinco años en Estados Unidos, ilustrando la caída del mercado obligatorio, afectado por un crecimiento mundial mayor que el previsto y temores de desinterés de inversores extranjeros en los bonos.
La tasa de rendimiento del bono del Tesoro a 10 años subió en la mañana del miércoles a 5,32%, su nivel más alto desde abril del 2002, lo que implica una clara caída del mercado.
El rendimiento de los títulos evoluciona en sentido inverso a sus precios. Aunque se mantienen a un nivel históricamente bajo, el incremento de las tasas de los bonos podría afectar la economía al encarecer el costo del dinero, temen los analistas.
La tasa del bono del Tesoro a 10 años sirve de referencia para varias tasas hipotecarias. Su alza pesa en consecuencia sobre el presupuesto de las familias, que deberán consagrar más dinero a la compra de una vivienda, o sobre quienes contrajeron un préstamo hipotecario a tasa variable.
El “factor clave” de esta alza de tasas, según Marc Pado, analista de Cantor Fitzgerald, es la “falta de interés de los inversores extranjeros” en los títulos estadounidenses de las últimas semanas. La emisión de 8.000 millones de dólares de bonos a 10 años por parte del Tesoro estadounidense el martes atrajo menos bancos centrales extranjeros que de costumbre. “Las naciones en desarrollo buscan cada vez más comprar otros activos que los títulos, a fin de diversificar sus vastas reservas en divisas e incrementar los beneficios de sus inversiones”, subrayó Sal Guatieri, economista de BMO Capital Markets.
“La reciente decisión de China de participar en un importante fondo de inversión podría ser solamente la parte visible del iceberg”, afirmó. China anunció a fines de mayo que invertiría 3.000 millones de dólares en el fondo estadounidense Blackstone.