MOSCU (AFP).- Yukos, el ex imperio petrolero de Mijail Jodorkovski, dio el martes un paso más hacia su desmantelamiento al vender a precio de amigo la más bella de todas sus perlas a su rival, el grupo público Rosneft.
Rosneft recuperó en una subasta la participación de 9,44% de su propio capital de manos de Yukos, por 7.600 millones de dólares (5.700 millones de euros), un precio apenas superior al inicial fijado por el organizador de la subasta, el Fondo ruso de bienes del Estado.
Además de las acciones de Rosneft, el lote incluía 12 obligaciones de la empresa de hidrocarburos rusa Iuganskneftegaz de un valor nominal de 136 millones de dólares.
El gigante estatal Rosneft y el grupo petrolero ruso-británico TNK-BP eran los únicos candidatos que se disputaban esta compra. Los analistas esperaban que Rosneft recuperara sus acciones y afirmaban que la participación en la subasta de TNK-BP 50% de la cual es propiedad de la británica BP y otro 50% de la rusa Alfa tenía como única meta hacer más digna la polémica venta de un activo clave de Yukos.
Según Dimitri Chevchenko, analista del banco MDM en Moscú, el precio es un 7% inferior al valor del mercado.
La adquisición confirma la estrategia del Estado ruso de recuperar una serie de activos energéticos, comenzando por los de Yukos. Rosneft, del cual el Estado es dueño en un 75%, ya había adquirido a fines de 2004 la principal filial de producción de Yukos, Iuganskneftegaz, tras un polémico procedimiento judicial.
La petrolera estatal rusa continúa con su disolución.