BUENOS AIRES.- En el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto imaginaron que "la Argentina, por primera vez en décadas, se encuentra en una situación óptima para aprovechar las oportunidades que brindan los mercados mundiales". Jorge Taiana, su titular, insistió en que los resultados ya alcanzados en el proceso exportador se consiguieron por los sectores que incorporaron mayor valor agregado a sus productos y, también, los grandes generadores de empleo, o sea, las pequeñas y medianas empresas. Esas y otras interpretaciones oficiales son parciales, ya que prácticamente la mitad de las ventas al exterior fueron, hasta ahora, de productos primarios sin trabajos adicionales a los exigidos para obtenerlos.
Las exportaciones del 2006 alcanzaron un record histórico: 46.569 millones de dólares, y fueron un 15,4% superiores a las del 2005, cuando sumaron 40.352 millones. En tanto, las importaciones crecieron al igual que durante el trienio precedente hasta 34.159 millones, o sea que resultaron un 19,1% mayores que las del período previo y quedaron en 28.689 millones. Por lo tanto, el saldo de la balanza comercial del 2006 fue de 12.409 millones, es decir, un 6,3% más que los 11.663 millones del 2005.
Esto fue reflejado en los índices de precios y cantidades del comercio exterior del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), algunos de cuyos funcionarios fueron denostados por habitantes temporarios de ciertos despachos estatales. El record de las ventas al exterior se atribuyó a las subas de los precios (8,1%) y a las cantidades (6,8%), mientras el alza de las adquisiciones se vinculó con los mayores ingresos (16,5%) y, en menor proporción, con variaciones en las cotizaciones (2,2%).
Lo ocurrido con las exportaciones se verificó en todos los rubros. Las manufacturas de origen industrial (MOI), fundamentalmente por los automóviles y vehículos para el transporte de mercancías (1,2% en los precios y 45% en las cantidades), así como también los productos químicos y conexos (7,6% y 5,6%, respectivamente), metales comunes y sus manufacturas (38,9% y -23,1%) y materias plásticas y artificiales (1,1% y 4,2%). En las manufacturas de origen agropecuario (MOA) influyeron las grasas y aceites (3,9% y 13,8%) y los residuos y desperdicios de la industria alimenticia (0,6% y 15,1%), aunque cayeron las carnes (31,6% y -26%). Lo sucedido con los productos primarios (PP) se asoció más a los pescados y mariscos sin elaborar (-25,5% y 145%) y menos a las frutas frescas (8,5% y -4,4%) y los cereales (24,2% y -15%), que atenuaron las menores colocaciones de semillas y frutos oleaginosos (-1,7% y -18,5%). En combustibles, los elaborados (16,5% y -7,4%) superaron al petróleo crudo (27,4% y -24,5%).
Los valores de las compras en el exterior del 2006 prácticamente cuadruplicaron los del 2002 por mayores cantidades, excepto en los combustibles y lubricantes, segmento en el que influyeron las subas de las cotizaciones. Mientras los precios de todas las operaciones tuvieron el año pasado un alza del 2,2%, en las cantidades se destacaron las de bienes de capital, piezas y accesorios y de bienes de consumo. Por otro lado, disminuyeron los volúmenes de combustibles y lubricantes y hubo menores compras de básicos y elaborados.
En cuanto al índice de los términos del intercambio relaciona la evolución diferencial de los precios de las exportaciones respecto de los de las importaciones, aumentó un 5,9% el año pasado respecto del anterior.
Suscitaron nuevas controversias los datos del comercio exterior de enero último. Entonces, el valor de las exportaciones alcanzó los 3.368 millones, incrementándose un 7% frente a igual mes del 2005, por la participación de los cereales, metales comunes y sus manufacturas, material de transporte terrestre, piedras, metales preciosos y residuos y desperdicios de la industria alimenticia, entre otros rubros. Las importaciones crecieron el 27% en el primer mes de este año y representaron 2.950 millones, por las cantidades traídas (25%). El 84% de dicho incremento se debió a los bienes intermedios y de capital y sus partes. Por eso, el INDEC calculó un superávit de 418 millones, que en su informe presentó como el más bajo de los últimos seis años, desencadenando la ira de Felisa Miceli, ministra de Economía y Producción, aunque se difundió una fe de erratas.
En la mencionada cartera, parte del desenvolvimiento del comercio exterior durante el 2006 se atribuyó a la evolución de la industria manufacturera por cuarto año consecutivo, a una tasa del 7,1%. Allí previeron que se sostendría sin generar cuellos de botella ni presiones en los precios.
Los favorables términos del intercambio se mantendrían sobre todo por las participaciones del complejo sojero, pese a cierta desaceleración del último año, los minerales de cobre y oro y la industria automotriz. Cuando desde la Cancillería está empecinado por coordinar los esfuerzos que distintas dependencias vienen realizando para impulsar las ventas al exterior, Taiana expresó su convencimiento de que durante este año llegarían a los 50.000 millones de dólares.
MIGUEL ANGEL FUKS