TOKIO (AFP).- La decisión del Banco de Japón (BoJ) de elevar sus tasas de interés, pese a que la segunda economía mundial está al borde de la deflación, es considerada peligrosa por los analistas, que sospechan que el banco actuó sobre todo para afirmar su independencia.
Un mes después de haber sido acusado de ceder a grandes presiones del gobierno para dejar sin cambios sus tasas, el BoJ (banco central) elevó el miércoles el alquiler del dinero en un cuarto de punto a 0,50%, aduciendo la buena salud de la economía japonesa.
Pero, al mismo tiempo, reconoció que la inflación “podría acercarse a cero a corto plazo, principalmente debido a la caída de los precios del petróleo”.
Elevar las tasas mientras la deflación amenaza es, en efecto, una decisión poco ortodoxa y más bien peligrosa, en opinión de varios economistas.
“El Banco de Japón debe ante todo ser el guardián de la estabilidad de los precios mediante su política monetaria. Debería abstenerse de cualquier movimiento precipitado”, aseguró Yasunari Ueno, economista de Mizuho Securities.
“Más que un índice de inflación cero, prevemos que los precios caerán cerca de 0,2% en marzo. Ello será especialmente problemático para el banco central”, advierte por su lado Glenn Maguire, economista de la Société Générale.
Es verdad que el BoJ se mostró “particularmente valiente” y demostró que no está bajo la bota del poder político.
Pero, en contrapartida, “puede ser considerado responsable de un retorno de la deflación en el primer trimestre. De hecho, permite al gobierno eludir esa responsabilidad”, finalizó Maguire.